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CONF. XV.--DB LA ESPIRITUALIDAD MISIONERA 235 Andrés Beltrami, Salesiano, no pudiendo marchar a las Misiones por razón de enfermedad, dirigía esta ora– ción al Sagrado Corazón: "Me ofrezco como víctima por la conversión de Inglaterra, de Alemania, de Rusia, de las Iglesias Orientales, de Turquía, de los Estados Uni– dos, de Africa, de China, de Japón, de la India, de los pueblos de Oceanía, del Polo Norte, del Polo Sur... ¡Oh, Señor, acéptame víctima por los misioneros! ... " (39) . Religiosos sanos o enfermos, con penitencias volun– tarias o mandadas, con sacrificios impuestos o libremente abrazados, con las observancias de las ~osas grandes y pequeñas, conscientes de nuestros deberes misioneros y de. la eficacia apostólica del sacrificio, ·ofrezcamos estos ramilletes perfumados por la caridad fraterna, al Padre de las misericordias. ¡Cuántas florecillas misionales pueden ofrecer los Re– ligiosos por la salvación del mundo infiel siguiendo la observancia regular con exactitud! Nuestros sufrimientos y sacrificios de cada día y de toda la vida, unidos a los de los misioneros que se hallan esparcidos por toda la tierra y unidos particularmente al Supremo Sacrificio Eucarístico que se ofrece diaria– mente en todos los altares de la tierra, harán descender sobre las naciones cristianas y paganas torrentes de mi– sericordia y de gracia.. 2. Espiritualidad misionera en la vicia de oración. Jesús predicaba y oraba. Enseñó a los discípulos el Par Julianis, escritQ por ella misma y publicado por el P. Pedro Pizzicaria, S. J., trad. por Arturo Masriera, t. I, p. 140 y sigs., Bar~elona, rno5. (39) Cfr. J. Gomunu, El Problema Misionero, p. 65, 2 ed., Madrid.

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