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18 GUÍA DE SUPERIORES y amenaza a los malos pastores, guías y conductores, diciendo: ·• ¡Ay de los pastores que hacen perecer y des– trozan el rebaño de mi pastiza!, afirma Yahveh, Dios de Israel, a los pastores que pastorean en mi pueblo: Vos– otros habéis dispersado mi rebaño, lo habéis descarriado y no habéis cuidado de él. He aquí que yo castigaré la maldad de vuestras obras" (10). Aún, si cabe, son más terribles y explícitas las pala– bras de Ezequiel: "Y me fué dirigida la palabra de Yah– veh, diciendo: Hijo del hombre, profetiza contra los pas– tores de Israel, vaticina y diles a los pastores: "Así habla el Señor, Yahveh: ¡Ay de los pastores de Israel que se han apacentado a sí mismos! ¿No es el rebaño al que deben apacentar los pastores? Os tomabais la leche y os vestíais de lana, degollabais los cebados, pero el rebaño no lo apacentabais. No habéis robustecido la res flaca, ni cu– rado a la enferma, ni vendado a la herida, ni devuelto a la descarriada, ni buscado a la perdida; sino que las ha– béis avasallado con violencias y crueldad. Así se han dispersado a falta de pastor y han venido a ser pasto tle todas las fieras del campo... " Por tanto, escuchad, pastores, la palabra de Yahveh: Vivo yo declara el Señor, Yahveh, que por cuanto mi rebaño se ha convertido en objeto de presa, y mis oveja~ han venido a ser pasto de todas las fieras del campo, por mengua del pastor, pues mis pastores no se han cui– dado de mi ganado, sino que se han apacentado a sí mismos y no a mi grey, por eso escuchad... Heme aquí contra los pastores y reclamaré de su mano mi rebaño, y los privaré de pastorear ya mi ganado, y no se apa– centarán más los pastores a sí mismos, y les arrebataré (10) Jer., 23, 1-2.

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