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2i0 GUÍA DE SUPERIORES no sólo no se queda fuera de la vida santa, sino que se la pone tan adentro en ella y en el espíritu, que ya el sa– ber, ora sea por razón, ora por fe, es saber para amar, y el amor, un vivir y querer sabiendo. Y así enseñará la escuela de San Francísco que el más alto y subido prin– cipio de la metafísica es el amor sabio" (31). · LEGISLACION. La legislación de la Orden es fuente de conocimiento de la espiritualidad, y a la vez norma de vida práctica. Las leyes manifiestan el espíritu de los legisladores, como los efectos demuestran la naturaleza de la causa. a) La Regla. Nuestra ley fundamental, como fran– c,iscanos, es la Regla que nos dió el Seráfico Fundador. En ella hemos de encontrar los puntos principales de su espíritu, su voluntad expresa y obligatoria en muchas cosas. Si queremos penetrar bien el espíritu del Funda– dor, el sello distintivo de Frailes Menores, ante todo es necesario conocer debidamente la Regla. Consideremos su origen, sus vicisitudes, su contenido, sus excelencias. El Seráfico Padre, de elia decía que era el libro de la vida, esperanza de la salvación, arra de la gloria, médula del Evangelio, camino de la cruz, estado de perfección, llave del paraíso, pacto de eterna alianza (32). San Bue– naventura escribe que toda la substancia de la Regla, se origina de la fuente pura del Evangelio (33). Martín Navarro dice que los verdaderos observantes podían con– siderarse como incruentos mártires (34), y San Vicente (31) P. TORRÓ, o. c., p. 121. (32) Laudes Regulae apud HoROY, 292. V. Seraphicae Le– gislationis. Textus uriginales, p. 271, Quaracchi, 1897. (33) In Exp. Reg., cap. I, t. VIII, p. 393. (34) De Regularibus commentarii quattuor, n. 17.

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