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206 GUÍA DE SUPERIORES ciscana, espiritualidad franciscana, filosofía del espíritu franciscano, etc. (28). d) Sirven igualmente para los mismos fines los do– cumentos diplomáticos y los Bularios de la Orden (29). No es propio de este lugar hacer referencia de todos estos escritos. Baste indicar los medios y lanzar las ideas que susciten la investigación, el estudio y la lectura de las fuentes y de los medios de los cuales nos debemos servir para llegar al conocimiento profundo y objetivo del verdadero franciscanismo. e) Esto con respecto a la Orden franciscana en ge– neral. Nosotros vivimos en la Reforma Capu,china, y como tal reforma, tiene también su espíritu, su historia y sus características. Esta, como una rama del tronco francis– cano, debe estar unida a él y recibir la savia común de la raíz. Nuestro espíritu debe remontarse a su mismo ori– gen; porque en tanto es Reforma, en cuanto reforma; y en tanto reforma, en cuanto rectifica, restaura el espí– ritu primitivo... Las fuentes para conocer nuestro espíritu peculiar como Capuchinos son los historiadodes de nuestra Refor– ma: Mario de Foro Sarsinio (Mercato Saraceno), Bernar– dino de Colpetrazzo, Matías de Saló, Zacarías Boverio, Marcelino de Pisa, Pelegrín de Forlí, Jerónimo de Mon– teflores, Carlos de Aremberg, Claudia Brugense, Andrés de Lisboa, Pablo de Ecija, etc., etc. (30). (28) v. u. D'ALENC0N, o. c., p. 7; HILAR. FELDER, IdeaJles, p. X:III-XXI; LEONE BRACALONE, O. F. M., Spiritualitd fran,. cescana, 3 vol., Milano, 1937; P. TORRO, O. F. M., La Füosofía del espíritu franciscano, Valencia, 1934; GRATIEN DE PARIS, O. M. Cap., s. Francisco de Asís: su pe,,.sonalidad, su espiritualidad. Trad. P. Melchor de Pobladura, Madrid, 1932. (29) V. P. MARTÍN DE BARCELONA, o. c., p. 167-169. (30) v. P. MARTÍN DE BARCELONA, o. c., p. 207 y sigs.