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14 GUÍA DE SUPERIORES dades religiosas se estudian las cosas necesarias para ser buenos religiosos, sacerdotes, predicadores, confeso– res, maestros o lectores... Pero no hay una carrera espe– cial para formar buenos Superiores. Ninguno hace estu– dios especiales, ni existe un magisterio especializado en esta materia. Así es que cada uno tiene que arreglárselas como pueda, cuando es elegido Superior. Se cuenta que Sócrates encontró una vez al ai:nbicioso Glaucón, que aspiraba al poder-de la República ateniense, y le dijo: "Sé que tú deseas regir la República. Ahora bien, dime: ¿Conoces el modo de aáministrar la economía pú– blica? ¿Sabes tolerar la severidad de las costumbres púb;li– cas? ¿Eres capaz de mantener la libertad en los confi– nes de la virtud con respecto a los dioses, a los sacerdotes, con la observancia de la ley? ¿Sabes tú mismo conser– varte fiel a los principios íntegros y honestos para in– fundirlos en el pueblo? Glaucón respondió: Por ahora ig– noro estas cosas, pero prometo estudiarlas y aprená'erlas. Pues bien, replicó el filósofo: Estudia, prueba y cuando te veas capacitado, podrás sentarte en las Asambleas de la República (5). Se cuenta de S. Juan Leonardi, fundador de los Clé– rigos Regulares de la Madre de Dios (1541-1609), que para entrenar a los Clérigos en el arte de gobernar la comunidad, estableció, al principio, que cada uno, por turno, tomase la dirección de la comunidad durante una semana, de esa manera aprendería a mandar y a obe– decer (6). Existen los exámenes de capacidad para determinadas carreras u oficios; las pruebas de destreza, de pericia, (5) Cfr. A. MELANI, Arte e Diletto, pág. 73, Hoepli.-1892. (6) Cfr. Vida, pág. 57, Roma.-1938. ·