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12 GUÍA DE SUPERIORES En el orden sobrenatural, Jesucristo, Maestro divino, Sacerdote eterno, Rey pacífico, fundó una sociedad sobre– natural, visible, perfecta, que llamó Iglesia, cuyo fin, se– gún expresión del Concilio Vaticano, es hacer perenne la obra salvadora de la redención (2). Jesús comunicó sus poderes a la Iglesia: poderes de orden, de magisterio, de gobierno, en su triple función legislativa, judicial y coactiva. Pasamos por alto todas las divisiones jurídicas de la potestad eclesiástica, cuyo c_onocimiento suponemos. La autoridad de los Superiores de Ordenes e Institu– tos se deriva de la Iglesia de Cristo, de la legislación ecle– siástica y regular. La organización interna del régimen ·puede revestir varias formas, y los poderes, comunicarse de diversa manera. La denominación de los Superiores también aparece diversa en la historia y en las legisla– ciones respectivas, pero todo eso es accidental. Que la investidura del poder se realice por elección o por desig– nación o por otras formas, para nuestro intento basta saber que uno posee la autoridad legítimamente y que sea verdadero Superior, mayor o menor. El Superior legítimo es un representante de Dios, y el que a él oye, oye a Dios, como dice la Escritura: Qui vos audit, me aud·it; et qui vos spernit, me spernit. Qui autem me spernit, spernít eum, qu·i misit me (3). El Superior ocupa, pues, un puesto de honor, es dig– no, por su posición, de respeto, de veneración y de amor. Los súbditos deben considerarle como el instrumento vi– sible por el que Dios comunica su voluntad. Pero esto no impide que la superioridad sea tam- (2) DENZING, U., Il. 1821. (3) Luc., X, 16.

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