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Cuando existían posibles desaveniencias entre ellos, particularmente en algunos matrimonios jóvenes, eran los papás los que se encargaban de intervenir. Mediante consejos oportunos procuraban serenar los ánimos y volverles a la normalidad de la vida familiar, dentro de este respeto a la intimidad matrimonial y familiar. El Ñatubái no solía intervenir en absoluto en sus problemas. Permanecía en actitud de política de no ingerencia, a no ser que expresamente se solicitase su presencia como consejero o amigo. EMBARAZO: Cuando una mujer sentía los síntomas de embarazo, se lo comunicaba a su mamá. Esta era la persona que primero recibía la alegre noticia, mientras se ocultaba a su propio marido. Durante el embarazo, como en los demás pueblos primitivos, la mujer barí se sometía a unas costumbres o tabús que solían observarse con todo rigor y minuciosidad. Una vez más se acudía a los orígenes ancestrales para fundar estos usos. Sabaseba los había preceptuado a los Saimadoyi. Desde en– tonces, se venían observando con fidelidad. Se trataba, más bien, de dar respuesta a ciertas situaciones de po– deres incontrolados desde la sabiduría y la experiencia populares. La mujer encinta debería abstenerse de ingerir determinados ali– mentos y de realizar ciertos actos para alejar de su hijo en gestación todo peligro. En realidad, estos tabús partían de experiencias milena– rias peligrosas e incontrolables a las que se pretendía hacer frente, liberándose de los temores, para garantizar mejor el desarrollo ideal del feto dentro del seno materno y evitar graves consecuencias en su nacimiento. Nuestros informadores, particularmente mujeres, nos mencionan algunas de estas prohibiciones: 92 - respecto a la comida: estaba prohibido comer iguana, cachica– mo, oso grande, cambur topocho (caso contrario, el nacimiento del niño era lento y peligroso o moría); pepa de monte (moría el niño); plátanos y yuca dobles (nacían gemelos); nutria -dur– kbá- (sus espinas perjudicaban al niño), etc.; - respecto a ciertas acciones: no podía mirar culebra alguna («hue– le fea», es sospechosa y se muere el niño), ni sangre (peligraba el niñito); tenía prohibido dormir mucho durante el mismo embarazo (motivo por el que nacían niños «arikbá» -subnor– males-; con lo que el pueblo barí trataba de explicar la exis-
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