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• Amante de la verdad y opuesto a cualquier simulación o mentira y opuestos al hurto. Es ésta una de las cualidades que más admiraba Guillén en su Diario: «Es uno de los inviolables atributos entre ellos la religiosidad de la verdad, abominando con tedio la mentira. Reputan por delito capital el hurto y francamente ofrecen al necesitado lo que pide» 33 • • Gran espíritu de intuición y observación, sobre todo con los des– conocidos y susceptibles en un primer momento de reacciones fuertes contra postur4s de extraños no suficientemente clarificadas. • Al principio manifiestan un espíritu receloso, tímido, taciturno, desconfiado y reservado, hasta que descubren que sus interlocutores merecen confianza a la que se abren con amplia generosidad, alegría y compartiendo todo lo suyo, mostrándose vivos, inteligentes y des– piertos. Su simpatía es característica y su sonrisa a flor de labio pro– verbial, como muestran los mitos sobre sus orígenes. Su respeto, hos– pitalidad y simpatía comunicativa con los extraños fueron mandados ya por su dios tribal, corno veremos. • Amantes de la vida que es intangible y que la proclaman con cierta dignidad personal. Con sentido práctico de vivir al día, opuesto a lo que signifique sumisión a la sociedad de consumo, previsión y preocupación excesiva por el futuro 3 4. • Quieren ser libres, no viviendo prisioneros de nada ni de nadie. «El pueblo barí es un enamorado de lo suyo: ama su selva y se iden– tifica con ella hasta el punto de solidarizarse con su belleza y su misterio» 35 • a la leyenda negra barí, cf. La leyenda negra del motilón, en Ven.Mis. 28 (1966) 176-179 (artículo recogido de «Crítica», Maracaibo); A. BoRJAS ROMERO, a. c., 317. Aun admitiendo la alta estima que el barí tiene de su propio grupo étnico -su orgullo tribal-, disentimos de A. de Alcácer en la manera de interpre– tar su estancamiento cultural y hermetismo. Dicho autor pretende motivarlo desde su altivez y orgullo que le lleva a considerar su propia cultura como la mejor y al resto dignas de desprecio (Los barí.. ., 35-36). Creemos que en es– ta situación de estancamiento han contribuido factores socioculturales, ambien– tales, históricos... muy diversos y complejos, resultando, según nuestra opi– nión, demasiado simplista la motivación aportada por Alcácer. 33. s. J. GtrrLLÉN, o. c., 275. 34. Creemos que este atributo del pueblo barí es uno de los que más di– ficultan la inculturación actual barí. Los nuevos valores que les ofrece la so– ciedad de consumo, como el ahorro, la previsión para el futuro, etc. no en– cajan fácilmente en su manera de interpretar y de vivir su libertad en la selva. 35. G. ALVAREZ, Grupo étnico barí-motil6n (ciclostilado), Bogotá 1978, 5. 40

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