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El hermano vino y le preguntó: «¿ Has sembrado la semilla que te di?». Y él le respondió: «Sí que la sembré todita». Entonces, le llevó al hermano a ver el conuco y le mostró: «Aquí sembré piña, plátanos, caña brava. Todo lo que me diste». El hermano le dijo: «Cuando crezca lo que has sembrado, procura recoger semilla de to– do y sembrar al lado del conuco». El hermano, una vez que le dijo esto, se fue con los basunchimba al cielo. Cuando se iba, le dijo que volvería de nuevo a hacerle una visita. Vino otra vez a visitarle y se marchó de nuevo. Entonces el hermano del muerto le dijo: «Voy a mudarme de casa». El hermano vino; habla siempre con su her– mano muerto. Nunschundóu hizo macana para barí. Sabaseba y Nunschundóu venían por trocha; descansaban y donde se sentaban salía aguacate. Sabaseba hizo llana la montaña para barí. Sabaseba dijo a un barí: «A ti te voy a hacer mono». Vio Sabaseba a muchos barí en el árbol y les preguntó: «¿ Qué van a ser?». Estos van a ser mono. Los veía comer. Sabaseba tenía hambre y les pidió fruta. Ellos no le dieron y se reían de él y le ti– raban puro cáscaras. Los barí le tiraban cáscaras a Sabaseba y se reían de él. Sabaseba se cogió de una rama y se subió al árbol. Cada barí se escondía y les dijo que caminaran. Cuando no tenían todavía cola, caminaban poquito y Sabaseba los veía. Cuando se la puso, ca– minaron rápido. Sabaseba les dijo: «Desde ahora seréis monos». Ca– minaban todos juntos. Y Sabaseba les dijo: «Vosotros seréis mo– nos». Sabaseba les tiró con flecha, pero no mató. Dos barí había en otro árbol y Sabaseba les dijo que caminasen y que cantasen. Y cantó uno: «Co, co, co». Y Sabaseba pensó: «Este será otro mono» «barasínkokó» (monito cara blanca). Y caminó mucho también: «Vosotros vais a ser corredores y no os vais a caer, cuando corráis ligeros». Sabaseba les dijo que cantarían así: «Ko, ko, y se llama– rían barasínkokó». Sabaseba tenía en el arco algodón y se lo pegó en la frente. Por eso tienen la frente blanca. Le puso dientes y cola. Sabaseba puso también dientes a los cochinos de monte y toma– ron barro. Les dijo: «Caminad». Caminaban poco. Les puso entonces patas de cochino y comenzaron a correr mucho Y Sabaseba les di– jo: «Vosotros vais a ser cochinos de monte». (Lo repite otra vez). Y los cochinos corrieron mucho y Sabaseba los vio correr y les dijo: «Vosotros seréis cochinos». Sabaseba les puso dientes. Mató cochino y probó su carne: «Vais a ser sabrosos», dijo Sabaseba. Les dijo: «Así seréis vosotros de sabrosos». En el otro árbol había otro grupo de barí y Sabaseba miró a ver qué estaban haciendo y vio que se estaban untando de achote por todo el cuerpo. Y tenían larga brocha y Sabaseba les dijo: «Vosotros seréis monos káma: araguatos». Comían fruta. El macho tiene bro– cha larga. Sabaseba les dijo: «Caminad». Comenzó a caminar uno, pero lo hacía despacito. Sabaseba partió arco y se lo clavó. Por eso caminan despacio y tienen cola. 383

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