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A Uáiba no pudieron matarlo con flecha, ni hacha, sino con ají. A Uáiba lo amarraron por los pies y los brazos y le prendieron fuego con ají. Tosía. Donde cayó muerto Uáiba se hizo todito montaña. El hermano del muerto mató a Uáiba. Uáiba le preguntó a barí: «¿ Tú eres sabroso?». Y le respondió: «Sí, soy sabroso». Uáiba preguntó a ichigbarí: «¿ Eres tú sabroso?». Y él respondió: «No, yo no soy sa– broso». Entonces Uáiba se rió y se cansó de reírse, se cae al reírse. Los itchigbarí salen corriendo y se esconden. Por eso Uáiba no le mató. Uáiba se echa a reír y se cae. Mientras se levantaba, ya barí se había escapado corriendo. Al no encontrarle, Uáiba se fue por donde había venido. Tampoco a este barí lo mató Uáiba. Uáiba por primera vez mató a barí, porque barí no sabía lo que tenía que hacer. A Uáiba lo mataron con humo de ají. Basunchimba dijo a barí: «No intenten matarlo con flechas; mátenlo con humo de ají». Uáiba es una persona, pero se ve como pura piedra. A Uáiba se le mata con humo de ají. «Con el humo de ají deben matarlo. Ma– ten a Uáiba con humo de ají». Los barí hicieron como les dijeron los basunchimba: lo mataron con humo- de ají. Al toser cayó muerto Uáiba. El bohío se transformó en pura piedra. Antes no había. Los barí van persiguiendo al mono, pero no le matan a causa de la montaña que no les deja caminar. El bohío se convirtió en pura montaña. Uáiba mató a Saimadoyi cuando éste iba de cacería. Otra vez no lo mató porque barí hizo reír a Uáiba. Este se cayó de risa y, mientras, se escapó el barí. Uáiba se rió mucho. Y barí salió corriendo a esconderse. Antes, la primera vez, como barí no sabía esto, mató a barí. Con el humo de ají lo mataron. Metieron también mucha leña en el bohío. Donde Uáiba murió, se convirtió en piedra, montaña. Los basunchimba le dijeron a barí: «Vosotros debéis matar a Uái– ba con humo de ají». Barí preguntó a basunchimba: «¿ Con qué po– dríamos matar a Uáiba?». Y basunchimba les dijeron: «Con humo de ají». Le tiraron con flechas, lanzas, cuchillos; pero no lo podían matar: todo le resbalaba. Basunchimba les dijeron: «Matadlo con humo de ají». Con humo de ají lo mataron. «Amarradlo bien». Trajeron muchas canastas de ají y le prendieron fuego. Cada fa– milia traía dos canastas llenas de ají. Y con el humo de ají lo mata– ron. Basunchimba les dijeron: «Amarradle de los pies y de los bra– zos». Donde quemaron a Uáiba se convirtió en montaña. El bohío se ,convirtió en pura peña. La vieja mató también a niño. Y la ceniza de la vieja se esparció por todas partes. El papá hizo mal, porque de las cenizas salió da– baddó que hará mal después a los barí. Los dabaddó son los que luego mataron a barí. De las cenizas salieron los dabaddó. De las cenizas de la vieja esparcidas salió mucha gente. 358
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