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Entonces papá dijo: «Yo hice mal». Dabaddó antes no existían. Salieron muchos de las cenizas de la vieja. Los dabaddó rojos también salieron de la ceniza y se fueron hacia donde se oculta el sol (Abirú dabaddó). Estos nos matarán a los barí. Volvió a esparcir ceniza por otra parte y se oyó tirar muchas escopetas. Eran dabaddó colombianos. Los dabaddó se fueron hacia Venezuela. Los colombia– nos hacia Colombia. También salieron de ahí Capuchinos (se ríe -se oye----) «Cabasinos». De la ceniza salieron, capuchinos, colombianos y maleteros, italianos, costeños. Muchos salieron de la ceniza. De la ceniza de la vieja salió mucha gente. De la vieja muerta salieron mu– ,chos dabaddó,, yukpa, venezolanos, colombianos, dabaddó rojos que se fueron hacia la montaña. Los moaschí y aschí (yukpa) se fueron a otra parte; kuéro, kórobá, también; los enanitos también salen de la ceniza; los enanitos pequeños también salen; cuando un niño se cae, lo agarra schumbrába y se muere. También salieron los schum– brába de las cenizas de la vieja; los Uáiba también salieron. Cuando una persona sale sola de cacería, la mata Uáiba con hacha y la trae cargada a la espalda. La trajo al bohío y la puso a asar. Uáiba se acostó en el chinchorro. Colgó el hacha arriba del chinchorro. Y se mecía. La esposa del que mató dijo a los barí: «Este es quien mató a mi esposo. Vamos a flecharlo». Le tiraron con las flechas y no le cla– vaban. Intentaron con la lanza, pero resbalaba: «tac, tac». Le pegaban con el cuchillo y no le hacían nada. Le tiraron con hacha en la ca– beza y tampoco le hacían nada. Dijeron entonces los barí: «No le vamos a poder matar así». Entonces, las mujeres. trajeron muchas canastas de ají y le prendieron fuego. Estaba acostado y le amarraron con cabuya por los pies y los bra– zos. Cerraron todas las puertas del bohío. Soplaban con plumas al fuego. Uáiba comenzó a toser fuertemente. Comenzó a marearse, ca– minaba y se caía como borracho. Cayó fuerte como piedra al suelo. Y así mataron lbs barí a Uáiba. Los Saimadoyi dijeron que estaba bien matarle con ají. A Uáiba lo mataron con ají. Antes lo :ntentaron matar con flechas, pero no pudieron. Resba– laban toditas. No podían matarlo. Le daban con hacha, con cuchillo, pero no podían. Cuando iba a morir, caminaba como borracho. Uái– ba se cayó y, al caer, el bohío se convirtió en montaña. Entonces dijeron los barí: «Hemos hecho mal. Se ha convertido todo el bohío en pura montaña». Dijeron los barí: «En esas monta– ñas vamos a matar monos». Hicieron mal, porque el bohío se convir– tió en montaña. A Uáiba lo mataron con ají. Se cayó como piedra. El bohío se hizo todito montaña. Donde cayó Uáiba, se hizo todito montaña. Los barí van a cazar monos a esas montañas. Donde cayó Uáiba se convirtió todito en mon– taña. Y dijeron: «Hemos hecho mal, porque el sitio para cazar monos es malo». Donde cayó muerto Uáiba se llenó de montañas. Los barí van de– trás del mono, pero no lo alcanzan. La peña se hizo cuando mataron a Uáiba. 357
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