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La v1eJa pasó despacito, cargada con la canasta de yuca. La canasta se agarró al palo y se cayeron los palos y la leña encima de ella. Ella dijo gritando: «¡Ay!». El papá cortó mucha leña y la amontonó sobre la vieja. La mamá se fue a avisar a su esposo que la vieja ya estaba con los palos encima. Papá la vio que estaba ya sobre ella con la leña. Hizo fuego. Le prendió fuego y metía más leña para que ardiese mucho. Se hizo una gran hoguera y él le metía más leña. Se formó mucha ceniza. Le echa– ba de toda clase de leña y se formó mucha ceniza. El papá buscaba toda clase de leña y la echaba. Y se formó una gran hoguera, resul– tando un gran montón de ceniza. De entre las cenizas se oía un ruido grande, como a gente que ca– minaba fuerte: «Che, che... ». Era la danta que caminaba fuerte. Otro salió de la ceniza corriendo y diciendo: «Cu, cu, cu... ». Era otro ani– mal negro grande: Sabaidakú. Ese se fue para la montaña. Y la danta marchó hacia sitio llano. El papá pensó: «¿ Qué voy a hacer? Oigo gritar y reírse a gente de entre las cenizas». Esparció las cenizas. Si no hubiere esparcido les cenizas, no existiría nada de cuanto vemos. Cierto día salió de cacería y, al pasar por allí, vio que de entre las cenizas se oían voces de risas y gritos. Pensó que de aquellas cenizas saldrían los dabaddó y los yukpa. Junto a las cenizas, se oyeron voces que chillaban: «ki, ki, ki». Era daviddú. Era el que iba a hacer mal a los barí. Seguía oyéndose mu– cho clamor. Entonces él pensó: «¿ Qué será esto?». Estuvo dos días sin esparcir más cenizas. Al volver a casa le dijo a su hermano: «¿Có– mo vamos a hacer? Entre las cenizas se oye mucho ruido. Volveré otra vez». Se fue de nuevo y convidó a ir a varias personas. Vieron cómo habían quedado las cenizas. Se oía entre las cenizas, cantar a daviddú: «tri, tri... », y se oía hablar a personas. Cogió de nuevo ce– nizas y las esparció. Por otro camino se oía que iban silbando. Eran colombianos. De lejos se oía que disparaban con escopetas. Entonces dijeron los barí: «Estos nos van a matar a nosotros». De las cenizas también salió dabaddó. De las cenizas salieron dabaddó, doctor, cachaco, ma– letero, yukpa, kórobá... Daviddú que silbaba «ki, Id, ki» y que es el que va a hacer mal a los barí. El papá dijo: «Hice mal con esparcir ceniza, el diablo nos va a hacer mal». Daviddú silbaba: «ki, ki, ki. .. ». Con daviddú, salió persona. También salió la danta de la ceniza, de un palo grande. De la vieja salió doctor, maleteros, colombianos, dabaddó, yukpa de todas clases... Y se oía reír a los yukpa. Y se fue hacia la zona de la montaña por la izquierda (señala lugar con ma– no). Los dabaddó hacia la derecha, hacia el llano. Se oía silbar «ki, ki, ki». Era daviddú. El papá dijo: «Yo hice mucho mal, porque de la ceniza salió da– viddú, que nos hará mal a los barí. Y los colombianos que nos ma– tarán con escopetas». 358

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