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Estas son las· líneas maestras sobre las que la tradición barí discurre sobre Sabaseba, personaje central de su cultura. ¿Podemos nosotros, ahora, avanzar más en el significado estructu– ral religioso de este personaje, explicitando lo que se halla implícito en cuanto llevamos afirmado a lo largo de este trabajo de campo? La fenomenología del hecho religioso califica a personajes que presen– tan funciones similares en la Historia de las religiones de los pueblos primitivos con el nombre de Seres Supremos. ¿Podemos nosotros, tam– bién, aplicarle esta denominación? Cremos que es en este punto donde más podemos distanciarnos los estudiosos de la religiosidad barí. Ahora bien, teniendo en cuenta todo lo analizado respecto a la concepción barí sobre el mundo y su mitología, y respetando cualquier otra posible interpretación, nos atrevemos a hacer la siguiente afirma– ción: Cotejando las conclusiones a las que han llegado la Historia y la Fenomenología del hecho religioso sobre el tema que nos ocupa, cree– mos poder afirmar con carácter científico f enomeriológico que en la mitología barí sobre Sabaseba nos encontramos ante unas estructuras significativas similares a las de los Seres Supremos de las religiones pdmitivas, si bien no plenamente tematizadas. El problema es complejo. Reconocemos que reviste diversos aspec– tos no suficientemente tematizados en la tradición barí, tal como nos la narran y relatan nuestros informadores. Sin embargo, si nos atenemos a las formas en que se representan dichos Seres Supremos en otros pue– blos primitivos, podemos afirmar que en la configuración que la mito– logía barí nos presenta de Sabaseba aparecen, también, los principales rasgos distintivos de dichas figuras o formas de representarse lo divino, típico de dichas culturas no plenamente desarrolladas 265 • Señalamos, como conclusión, las siguientes características estructu– rales que avalan el carácter científico de nuestra opinión: l.ª Nombre de Sabaseba. Se halla íntimamente relacionado con los elementos naturales de la luz, el cielo, lo brillante, el aire ... :i 66 • 265. Con Velasco, prefetimos el término de «configuraciones de lo divino a los más usuales de "noción" o "idea">~ (cf. J. GóMEZ CAFFARENA - J. MARTÍN VELAsco, o. c., 188). Para más amplia información sobre dichas configuracio– nes, cf. referencia bibliográfica de la nota 262 de nuestro trabajo. 266. Tal fenómeno, bastante universal en la Historia de las Religiones, no implica argumento alguno a favor de las teorías de la Escuela mitológica na- 297
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