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que comandaba Alonso Pérez de Tolosa, :ios indica que, atravesando el valle de Cúcuta, penetró hacia la serranía de los Carates «en la Tierra de los que llaman Motilones hoy día» 5 • Poco después aparecen los motilones designados con dos nombres que van siempre juntos: motilones y aruacos 6 • En la segunda mitad del siglo xvrn prevalece el calificativo de mo– tilones, con el que se les ha venido nombrando posteriormente. Alrededor de 1835 comienza a llamárseles «Yuko»; pero con un matiz particular, impuesto por los colonos: para diferenciarlos de los otros «Yuko» -los yukpa-, que habitaban en la Sierra de Perijá. Estos eran considerados como «motilones mansos»; aquéllos, en cam– bio, pasarían a la historia como «motilones bravos»: los actuales barí. En 1950 se introduce otro nombre para designárseles: «Dobokubí». Paul Rivet y Cesáreo de Armellada, en un estudio comparativo lin– güístico, basado en el Vocabulario inédito colectado por el P. Cata– rroja (1738 }, deciden imponerles este nombre, para designárseles ge– néricamente 7 • ¿Qué decir sobre estos nombres? Por lo que se refiere al término motilón creemos que debe desaparecer de la literatura antropológica. No tiene justificación lingüística ni antropológica. No expresa la propia identidad de estos indígenas y ha sido completamente desconocido por ellos. Los primeros colonizadores lo emplearon para designar a ciertos indígenas que vivían en los márgenes de los ríos Zulia y Catatumbo y que, a diferencia de otros, se cortaban el pelo casi al rape, de 6. PEDRO SIMÓN, Noticias His,toriales de las Conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales, Cuenca 1626. En la Noticia Cuarta nos índica: «an– daban entre los indios, que se llaman motilones hoy día» (195). En la Noticia Quinta vuelve a afirmar: « ... fueron metiéndose por entre los indios, que hoy se llaman motilones (que son los que infestan las márgenes de aquel río, y estorban el navegar por él, desde la laguna de Maracaybo) en la serranía de hacia los indios carates, que son los que están a las espaldas de la ciudad de Ocaña, a la vanda del Norte» (379). En la Noticia Sexta, al narrar la expedi– ción de Pedro de Ursúa al Marañón, se hace referencia varías veces a «las di– versas Provincias de los motilones» (406. 404); «pueblos de los motilones Santa Cruz» (406. 414); «en el pueblo de los motilones» (411); «río de los motilones» (416, varías veces, y 417). ¿Dónde estaban los barí durante el tiempo anterior a esta fecha? Becker– man trata de presentar las distintas soluciones que se han aportado en rela– ción a este problema (a. c. 262 ss.). 6. Cf. St. BECKERMAN, a. c., 265; A. de ALCÁCER, Los barí..., 15. 7. P. RrvET - C. de ARMELLADA, Les indiens motilons, en JSA, 39 (1950) 15-57. 26

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