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A lo largo de nuestro trabajo de campo, en especial en la parte correspondiente a la concepción del mundo y mitología barí, hemos podido apreciar el puesto tan destacado que tiene Sabaseba en la cultura de este pueblo. Su importancia se revela en todo momento. Aun en los aspectos socioculturales más insignificantes, ocupa .el centro de in– terés de todos los· relatos. De tal modo han quedado impresas en la conciencia de la tradición barí su figura y su obra, que, en cualquier relato mítico o información de los «sag'dóu» -ancianos-, se hace referencia a ellas. Todos ellos recuerdan lo que él realizó en los tiempos primordiales, cuando vivía entre los barí. Lo hemos podido constatar a través de nuestro estudio. Llama, también, la atención el que haya podido quedar tan presente en los mismos jóvenes, a pesar del proceso de aculturación sufrido; Este hecho es fácil de reconocerlo. El problema se presenta cuando intentamos acercarnos al significado propio que adquiere en dicha cul– tura desde la perspectiva fenomenológico-religiosa. Con razón se ha escrito en relación a estas cuestiones: «No hay tema en antropología social que acumule opiniones tan controvertidas como el de la teología primitiva» 258 • Creemos que, en nuestro caso, este pensamiento puede servirnos de aviso previo, para situarnos con la debida precaución intelectual a la hora de extraer conclusiones en un asunto de tanta iniportancia, como es el del sentido de este personaje dentro de la religiosidad barí. Si, al iniciar nuestro estudio, hacíamos una llamada a la honradez intelectual precisada en estos trabajos, creemos que, al abordar, por último, esta cuestión, es necesario mantener al vivo, y con más empe– ño, esa misma llamada. Consideramos que el presente argumento es uno de los más difíciles y espinosos. Por otra parte, se presenta como 258. E. E. EVANS PRITCHARD, Ensayos de antropología social, Madrid 1974, 182. 287
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