BCCCAP00000000000000000001102
de alimentos para poder comer en tal sitio». Nunschundóu limpiaba, entonces, la tierra, la preparaba por la noche y por la mañanita apa– recían los conucos completamente limpitos y llenos de toda clase de alimentos que pedían los barí: yuca, ñame... ¿De dónde se suministraba para la semilla? Algunos relatos no dudan en afirmarnos que surgían de los excrementos y orina de Nuns– chundóu. De aquellas semillas procede toda la base de la alimentación batí actual. Nunschundóu les enseñó el modo de plantar la semilla de todos los alimentos que ellos necesitan. También les enseñó la utilización del instrumento para cultivar los conucos («Tibiddúna»» -especie de ha– chuela-), que emplean los batí para ese efecto. Y todo lo referente a la comida («Karabá» ): horas, modo de hacerlo... Normas sobre «Ischiranki» ... También les enseñó y les ordenó cómo tenían que te– nerlo y cultivarlo en común, a las órdenes de un encargado comunal («Dobasáisaibái), la participación de hombres y mujeres, según el dis– tinto sexo ... Todo tal como Sabaseba lo había mandado. También Nunschundóu sufrió la incomprensión de un barí chismo– so que le hirió con una flecha. De su sangre, salieron «somemé» (ma– riposas) de todos los colores 237 • Sabaseba, ante tal hecho, le mandó se marchase a la región del firmamento reservada para los Saimadoyi. «No debían haberlo herido, dijo Sabaseba; era bueno para todos los batí». Desde entonces, Nuns- 237. Respecto a su nombre, hemos podido apreciar que algunos de nues– tros informadores lo denomina Nunscbiú y otros Shunschiún. Aunque prevale– ce, generalmente, el de Nunschundóu, que creemos más primitivo. Dentro de la tradición mitológica barí aparecen tres personajes, ayudantes y ejecutores de lo que preceptúa Sabaseba, perfectamente definidos: Kokéba, Kassóso y Dababosá. El resto de ellos parecen diluirse más en algunos detalles. Lo que puede mostrarnos la importancia que la tradición barí dio a los re– latos centrales de su mitología, mantenidos con fidelidad fundamental a lo largo de su historia. También en este mito sobre Nunschundóu aparece la importancia de la pa– labra, tanto de Sabaseba como la de aquél. Bastaba con indicar: «Salga pláta– no... », para que, inmediatamente, obtuviese el objetivo pretendido. Su palabra era creadora. Respecto al modo de obtener los alimentos, varios de nuestros informadores atestiguan que, según oyeron relatar a los ancianos, salían de la orina y de los excrementos de Sabaseba y Nunschundóu. Son detalles signifi– cativos que, por otra parte, no debe llamarnos la atención, si los cotejamos con otras culturas primitivas que hacen proceder el mundo y sus cosas de las lágrimas, etc. de los dioses. Lo importante en estos mitos es hallar la estruc– tura significativa de los mismos. La expresión puede ser diferente, aunque quede referido siempre a los mismos contenidos: fundar y dar explicación de los bienes culturales de un pueblo. 260
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz