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• introspección u observación interna, de sí mismo, • extrospeccíón u observación externa: - en la conciencia ajena: mediante biografías, encuestas, estadísticas, - en sus efectos: fisiológicos, sentimentales, afectivos, intelectuale'S, • experimentación o comprobación: método de test y similares... Estos procedimientos de acceso al fenómeno religioso en cuanto realidad psíquica, se continúan en un procedimiento de ordenación -funcional, tipi– ficadora y genética- de todos los materiales obtenidos, para finalizar en una interpretación psicológica adecooda de los mismos, en cuanto a su origen, evolución y significado y relación con otros comportamientos humanos. Con ello habremos obtenido una exposición sistemática y científica del fenómeno religioso en •su realidad anímica. II. SOCIOLOGIA DEL FENOMENO RE,LIGIOSO l. El saber sociológico ante el fenómeno religioso Toda experiencia humana, incluida la religiosa, se mueve siempre en un triple contexto: psicosomático, psicológico y sociológico. La sociología de la religión, de la religio.sidad o reiligiosa, como indistintamente suele ser deno– minada, se ocupa del estudio positivo del contexto o dimensión social, comu– nitaria, parte integrante de toda actitud genuinamente religiosa. La preocupación por ,acercarse al análisis de este aspecto importante del hecho religioso no es totalmente nueva. Encontramos ya en los primeros pensadores griegos, particularmente en Jenófanes de Colofón (ca. 570-475 a.C.), ciertos conatos incipiente'S por adentrarse en las explieaciones antropológico– sociales de dicho fenómeno, t,al oomo se muestra en la historia. En el Rena– cimiento y Epoca Moderna vuelven a aparecer algunos intentos de acerca– miento a esta dimensión sociológica de dicho fenómeno. Este interés resalta en la crítica de la religión realizada por el Iluminismo y Empirismo inglés y francés del s. XVIII, con su propósito de buscar nuevos caminos de inter– pretación del fenómeno religioso, distintos a los utilizados por la filosofía y la teología anteriores. En este sentido, podemos hablar de una prehistoda en el estudio socioló– gico de la religión, en cuanto se plantean determinados problemas y cuestio– nes de cierta importancia desde el punto de vista de la sociología, aunque el tratamiento científico de los mismos no sean lo debidamente adecuados. Es en el s. XIX donde surge el estudio sociológico propiamente positivo del fenómeno religioso. Frente a las exageraciones de la psicología religiosa, que valoraba, a veces, excesivamente el carácter anímico individual de fa zeligiosidad, ·se inicia una fuerte corriente en la que se considera de modo especial el carácter social y comunitario de la misma. Bajo la influencia de A. Comte (1798-1857) empieza a imponerse una nueva visión de las relaciones del hombre con lo sagrado, centrada en la importan– cia decisiva de los hechos sociales en la vida del hombre, incluso en la re– ligiosa, que desembocaría en el nacimiento de una verdadera sociología de 91
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