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CATEGORIAS EXPRESIVAS DE LA ACTITUD RELIGIOSA El hombre religioso tiende connaturalmente a expresar sus actitudes reli– giosas desde todos los niveles de su personalidad, haciéndolo en las categorías que corresponden a su constitución antropológica de hombre religioso. A nivel racional, lo hace mediante el símbolo. A través de él evoca y hace presente de una manera objetiva el Misterio o la experiencia religiosa que le sigue. Utiliza para ello unas realidades sensibles y comprensibles. El mito no es una experiencia humana de segunda categoría y sí una manera legítima de expresión religiosa inherente al hombre de todos los tiempos, con unas reglas apropiadas a su finalidad de expresar mediante un relato simbólico acontecimientos pasados o futuros considerados existencialmente como básicos. Cada vez se le valora más. Por su complejidad es difícil de clasificar. La doctrina religiosa presenta una mayor abstracción y elaboración conceptual que el mito. Como lenguaje religioso, normalmente el mito desemboca en ella. A nivel cultual el rito es la expresión corporal de la actitud religiosa del lwmbre, y al mismo tiempo su realización y significación. Es su respuesta a w presencia del Misterio. Su carácter festivo y su función de recuerdo-memoria– actualización de lo que se celebra le hace complementario del mito, tanto que si se le vacía de su contenido mítico se convierte en puro formulismo y la fiesta pierde su característica religiosa. El acto humano se convierte en cultual cuando se le relaciona con el mis– terio. Necesita un tiempo y un espacio sagrado. Sus formas concretas difieren según las culturas y los tiempos. El fenómeno religioso de comunicación con el Misterio que se da en todo acto de culto es, en el interior, la oración con su variedad de formas y grados. Y en lo exterior el sacrificio. De naturaleza extremadamente compleja, se ca– racteriza por su comunión con el Misterio a través del don que se da. Sus jormas están en relación con la actitud del oferente: acción de gracias, ex• piación, comunión. Otros niveles. El ético. La religión incide en la realidad total del hombre y le compromete en un comportamiento moral, que no es otra cosa que el deseo de hacer real el orden divino. Es fuerza de unión del grupo y da a sus miembros normas éticas ideales. Aunque el hombre responde individualmente al misterio, lo hace desde una comunidad y se proyecta su respuesta en un cuerpo social que la expresa comunitaríamente en formas concretas y diversas según los tiempos históricos. El significado del hecho religioso no es reductible a lo social comunitario. Cuando el Misterio se revela como objeto de contemplación,, ez hombre tiende a comunicar sus sentimientos y emociones contemplativas mediante unas formas estéticas concretas y variadísimas según las situaciones del sujeto y de la materia con que puede expresarlas. Si en esta expresión se pierde la referencia al misterio, se da la actitud idolátrica. 73

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