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La,actitud religiosa no sólo se recibe .desde una comunidad, sino que se proyecta en un cuerpo sensible comunitario, social.· De ahí la impor– tancia histórica de los proyectos comunitarios, para vivir debidamente la presencia del Misterio, junto a las exigencias sociales y políticas de la religión, si es auténtica y genuina. Hasta tal punto es esencial este carácter de expresión comunitaria, social, que, ni siquiera las religiones denominadas de la interioridad han podido prescindir de estas formas concretas de expresar su religiosidad. En cuanto a las formas concretas, históricas, de realizarse este sen– tido comunitario, encontramos diferentes modos de expresarse. Dejan– do para más tarde otros aspectos sociales de la religiosidad, podemos señalar los siguientes: • de cohesión tribal (religiones primitivas), • de iniciación y experiencia compartida (religiones mistéricas), • de iglesias o grupos (religiones universales). Cada una de estas formas organiza e institucionaliza la comunidad en conformidad con las funciones características que se ·les desea. asignar. 3. En la acción estética. Por último, la actitud religiosa tiende connaturalmente a manifes– tarse en modos emergentes del sentimiento y la emoción afectados por la presencia del Misterio. Lo que constituye, propiamente, la acción es– tética religiosa. No nos referimos aquí al llamado «arte sagrado». Consideramos el término «estético» en un sentido mucho más amplio. Entendemos por acción estética todo lo que pueda revelar, hacer visible, la situación de los estados de ánimo de la emoción y del sentimiento, producida por la epifanía del Misterio. Naturalmente, aquellos pueden manifestarse en campos muy variados, y no exclusivamente en el arte sagrado. For– man, así, parte de la acción-expresión estética todas aquellas manifes– taciones de los estados anímicos correspondientes a la emoción y senti– miento ante el Misterio; todas aquellas formas que se expresen de for– ma bella, estética, como, p.e., las expresiones cúlticas informadas de forma estética, por su ritmo, etc. La estética, en este sentido, es uno de los medios de comunicación y expresión por parte del sujeto ante la presencia del Misterio más ri– cos y universales en la historia de las religiones. Manifiesta, en forma sensible, en cuerpos concretos de expresión, las repercusiones de la re– velación del Misterio en los niveles de la emoción y del sentimiento de la personalidad. El Misterio no sólo se revela y se adueña de la persona religiosa como Ser y Valor supremo; sino, también, como Belleza siem- · 71
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