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Pero en ambas formas la comunidad oferente se ofrece y se sacri– fica, a la vez. En la medida en que la vivencia religiosa del sacrificio se va purifi– cando, existe una tendencia hacia una mayor interioridad, introducien– do en el rito externo una actitud ética. De ahí que en las épocas en las que el sacrificio ha perdido su sentido de interioridad y de compromi– so ético, se produce una reacción contra la perversión puramente ritua– lista y formalista del mismo. Es lo que explica la actitud crítica de los profetas en todas las religiones, :y que encontramos de forma particular en los profetas del A. T. (cf. Is 1, 11; Jer 7, 21 ss.; Os 6, 6; 8, 13; Am 5, 22-25). III. EXPRESIONES DE LA ACTITUD RELIGIOSA EN LOS NIVELES ETICO, SOCIAL-COMUNITARIO Y ESTETICO l. En la acción ética. El tema de las relaciones entre lo religioso y lo ético ha sido una preocupación constante en la historia de la cultura religiosa. Particular– mente se ha presentado de forma más radical en la época moderna. Las respuestas han sido muy diversas: desde la que reduce la moral a reli– gión, hasta la que considera todo lo contrario. Dejando este aspecto filosófico para otras consideraciones, afirma– mos la incidencia de la religión en la ética. La historia de las religiones nos muestra este hecho como fenómeno universal. Y es una necesidad que corrobora la índole particular de la actitud religiosa. La presencia del Misterio como Valor supremo sitúa a la persona en una actitud de respuesta en el nivel de la acción ética. Como consecuencia, se crean normas de conducta, leyes, códigos que se consideran basados en la llamada verificada por la presencia del Misterio respecto a los valores, y que deben regir la conducta humana. La forma genética de dichos códigos de leyes es de naturaleza muy di– versa, en correspondencia a los diversos estilos de fe que comportan las distintas religiones. Así, en el hinduísmo, emergen como deseo de identificación con el orden universal (karma), a través de la identifica– ción en el Absoluto. En el judaísmo, como obediencia a Dios, con quien se tiene una alianza. En el cristianismo, como respuesta al amor de Dios en el hombre y en el mundo ... La función que manifiestan estos comportamientos codificados, es la de ser expresión de una necesidad apremiante: la de hacer real el orden divino, del que depende la vida del hombre y su bienestar social. Sirven de fuerza aglutinante del grupo y como ideales que el hombre ha de seguir en su conducta. En este sentido, J. Wach ha podido afirmar: 69