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3. Doctrina religiosa. Constituye la tercera categoría de la expresión racional de la actitud religiosa. 3.1. Naturaleza y estructura fenomenológica. El paso del mito como lenguaje religioso a la doctrina religiosa constituye un proceso nor– mal, exigido por la comprensión racional de la experiencia religiosa. Su distinción no está tanto en la falta de lagos interno en aquél, cuanto en la mayor abstracción y elaboración existentes de los conceptos que ésta utiliza. En la formulación doctrinal de la actitud religiosa existe un proce- so de elaboración preciso, que sigue el siguiente itinerario: • se inicia en las aclamaciones cúlticas (doxologías), • se continúa en las confesiones espontáneas de fe, • se elaboran teóricamente las confesiones en fórmulas dogmáti– -cas o expresiones normativas de la fe de una determinada comunidad, • constituyéndose en normas prácticas de conducta de la comu– nidad, • culminando en una elaboración sistemática de la fe, constitu– yendo el saber teológico o la expresión religiosa teológica, propiamen– te dichos. Todo este proceso suele cristalizar en los Escritos sagrados de las distintas religiones, que recogen y reemplazan a la tradición oral, a los relatos del mito. Dichos libros se hacen referir a los fundadores de las respectivas religiones, o tiempos inmediatamente próximos a ellos, hasta llegar a constituirse en norma de fe --canónicos-, mediante un proceso constituyente difícil y muy similar en todas las religiones. Dicho proceso de elaboración teológica de la doctrina religiosa apa– rece constituido por una estructura similar en cuanto a su significado, que, en líneas fundamentales, podemos señalar: • se pretende asimilar el contenido de la actitud religiosa de ma– nera racional, • se intenta crear posibilidades racionales de comunicación con la propia comunidad de fe y con el resto de los hombres. Lo que acontece de forma particular, en situaciones especiales, co– mo en períodos de cambios de cultura. 3.2. Contenido de la formulación doctrinal religiosa. Se orienta en torno a tres temas o puntos de referencia fundamentales: Dios-mundo– hombre, que constituyen respectivamente los tres tradicionales campos del saber teológico: teología-cosmología y antropología teológicas. En