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I. EXPRESIONES DE LA ACTITUD RELIGIOSA EN EL NIVEL RACIONAL «Una de las características universales de la experiencia religiosa es que tiende a la expresión». Con estas palabras J. Wach ha querido si– tuar el tema que nos ocupa en su verdadera dimensión antropológica. El hombre religioso tiende a proyectar connaturalmente cuanto aconte– ce en su interior y a manifestarlo en un cuerpo expresivo que sirve de encamación y mediación objetiva de sus actitudes. Y lo realiza desde todos los niveles de la personalidad: racional, cultual, ético, social-co– munitario y estético. Estas categorías de expresión religiosa responden, por tanto, a la constitución antropológica del hombre religioso. De aquí su unidad fun– damental estructural. Pero, según los distintos contextos sociocultura– les, presentan una rica variedad en la historia de las religiones. Su his– toria es larga y compleja; siguiendo el proceso normal de la evolución humana: nacimiento, desarrollo, consolidación o desaparición. Nos in– teresa analizarlas desde la perspectiva fenomenológica: tratando de comprenderlas en su estructura significativa. En el nivel racional distinguimos el simbolismo, el mito y la doctri– na religiosa. l. Simbolismo. 1.1. Naturaleza. El modo discursivo no es la única forma de expre– sión de la experiencia religiosa. Existen otros modos, llamados «endeí– ticos» (éndeixis = enunciación), de los que el simbolismo es el ejemplo más característico e importante. La psicología profunda, el arte abstrac– to, las investigaciones etnológicas y los estudios sobre el carácter sim– bólico del lenguaje llan contribuido últimamente, de forma particular, a despertar el interés y reconocer la importancia del simbolismo en la vida q.el hombre. La función simbólica es algo constitutivo en el hombre. Este trata de simbolizar la realidad de modo semejante a como la conceptualiza. Pero esta dimensión adquiere un puesto decisivo en la expresión reli– giosa: se exige tanto por el carácter inobjetivable del Misterio, como por parte de la mundaneidad del hombre. Es por lo que P. Tillich no duda en afirmar, y con tocia razón: «El simbolismo es el lenguaje de la religión».
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