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I. REFLEXION FILOSOFICA SOBRE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA El saber filosófico sobre la religión inquiere sobre la racionalidad o coherencia interna del hecho religioso que las ciencias positivas de la religión le presentan. Estas ofrecen distintas perspectivas en un intento de comprensión científica del mismo. Pero el filósofo no se contenta con observar y describir los hechos tal como se presentan; sino que se proyecta, por natural curiosidad, a preguntarse por su sentido, su ver– dad y su valor; es decir, sobre su racionalidad. Pero su indagación no se reduce a una determinada área o a unas formas concretas de religión que se remontan a una religión histórica, con exclusión de las demás, como podría hacerse, p.e., el estudio del cristianismo, sino que su pregunta por el fundamento y justificación de aquélla se dirige, concretamente, a las estructuras religiosas, en cuanto se muestran históricamente en la conciencia religiosa. La pregunta filosófica sobre la religión recae, por consiguiente, so– bre unas situaciones y contenidos previamente dados. Y ¿qué es lo que previamente se ofrece al filósofo? Sencillamente, un conjunto de fenómenos externos e internos, ritos, sentimientos, creencias, instituciones sociales, etc., que. suponen, a su vez, una expe– riencia que denominamos religiosa. Por ella, la persona se siente rela– cionada con el Misterio, de quien se considera depender y de quien es– pera la salvación, en el sentido explicado al referirnos al aspecto feno– menológico de la religión. El punto de partida de la reflexión filosófica queda constituido, por tanto, por una experiencia humana especial de relación con el Misterio. Una experiencia que, como ya hemos afirmado, se presenta con unos caracteres peculiares: complejidad, originalidad, especificidad e irreduc– tibilidad. II. CONTEXTO HUMANO DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA En el análisis crítico de la experiencia religiosa la filosofía se inte– rroga por su comprensión y justificación racionales. ¿Acontece racio– nalmente dicha experiencia en el hombre? ¿En qué contextos experien– ciales humanos puede situarse? ¿Cómo articularla racionalmente en el hombre? 165