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I. EL SABER FILOSOFICO ANTE EL FENOMENO RELIGIOSO Al referirnos a los distintos saberes sobre el hecho religioso, decíamos que existían dos formas principales de afrontar intelectualmente aquél: cien– tífico-positiva, propia de las ciencias de la religión, y la valorativa o norma– tiva. El saber filosófico, junto con el teológico, constituye una modalidad de acercamiento distinto al de las ciencias: el modo normativo o valorativo. La filosofía de la religión es, propiamente, un descubrimiento del pensa– miento moderno. Pero ya en la antigüedad clásica se elaboraron reflexiones filosóficas sobre aquéUa, que podríamos considerar como su prehistoria. Se ha escrito oon todo acierto que «la filo'Sofía de la religión es tan antigua corno la filosofía» (H. Duméry). Sin embargo, no es fácil señalar el momento preciso de la aparición del saber filosófico como disciplina propiamente dicha. Ciñéndonos a la historia del pensamiento occidental, apreciamos que, des– de muy antiguo, el pensamiento griego tomó conciencia expresa del problema filosófico que el fenómeno religioso planteaba. La especulación filosófica de la Escuela de Mileto-Tale'S (ca. 624-546), Anaximandro (ca. 610-546) y Ana– xímenes (ca. 610-545), Heráclito (ca. 544-484), y la Escuela de Elea-Jenáfanes (ca. 570475) y Parménides (ca. 540-470), inician su reflexión filosófica sobra la interpretación de los mitos, tratando de ofrecer una explicación racional de la religión. Platón (427-347) y Aristóteles (384-322) realizan una labor más crítica y reflexiva sobre el hecho religioso, encuadrándolo dentro de su interpret,ación metafísica. E',l pensamiento romano se orienta hacia un estudio menos teórico. Va– rrón (116-28) y Séneca (4-65) realizan, más bien, una consideración crítica de las formas tradicionales religios,as, propugnando una teología natural que refleje el verdadero significado de lo religioso en el hombre. La filosofía medieval, transcurrida la primera etapa apologética, trata de reflexionar filosóficamente sobre el sentido de lo religioso en el hombre. Posteriormente, Anselmo (1033-1109), Buenaventura (1221-1274), Tomás (1226- 1274), Duns Scoto (1266-1308), por parte cristiana; Maimónides (1135-1204), por parte judía, y Averroes (1126-1198), por parte árabe, reflexionan sobre el conocimiento humano de Dios y se enfrentan con el problema de una teología o discurso sobre Dios desde la razón, asf como la relación con la fe o revelación. El Renacimiento, si bien orienta sus estudios hacia el hombre, se aprecia un esfuerzo de comprensión filosófica del mensaje religioso grecorromano... Pero, propiamente, no es posible ver en estos acercamientos al fenómeno religioso una verdadera filosofía de la religión en sentido moderno. La filo- 155

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