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pirituales (Guru) o mediadores y auxiliares salvíficos, y practicando las distintas técnicas del yoga y ascesis de los brahamanes. Considerando la incapacidad de aquellos métodos para proporcionarle la iluminación completa sobre los problemas que le acuciaban, se retiró durante varios años a la meditación y rigurosas austeridades, que tampoco .le dieron resultado. Por fin, a los treinta y cinco años, en una noche memorable, llena de experiencias religiosas singulares, recibe hacia la aurora, bajo la sombra de una higuera, la «gran revelación» sobre la destrucción del dolor, Gautama se siente iluminado y se convierte en el «Buda» (en (sánscrito: Budda = el iluminado). Predica en Benarés su primer sermón sobre las cuatro nobles ver– dades, con el que atrajo a sus primeros discípulos, antiguos compañe– ros de ascetismo, que constituyeron el núcleo primitivo de su comuni– dad. Durante cuarenta y cinco años llevó una vida errante, mendicante, extendiendo su mensaje de salvación por medio del ejemplo y de la pa– labra. Murió a los ochenta años, cuando su comunidad se llabía desa– rrollado considerablemente. Sobre estos hechos fundamentales de su vida, sus fieles aceptaron siglos después otros relatos legendarios y milagrosos... Buda fue un hombre original, equilibrado, profundamente humano y con una inquie– tud religiosa extraordinaria, lleno de sabiduría, bondad y comprensión: el Arahat ( = perfecto), como también suele denominársele... 2. La Ley o• enseñanza (Dharma). El budismo, perteneciendo al mundo religioso de la India, participa de los mismos presupuestos del hinduismo, que pretendía responder al porqué de la situación dolorosa de la existencia humana. Pero Buda se aparta de la especulación filosófica y de los medios de liberación pro– puestos por aquél: los sacrificios, la ascesis y la invocación a los dioses. Buda cambia la línea metafísica de los brahamanes por una línea prác– tica, centrando su interés en la autorrealización personal, mostrando al hombre el camino de la liberación ( = moksa) de su condición huma– na dolorosa y la forma de conseguir el «apaciguámiento>> de la llama que la provoca. Por esta liberación se supera la ilusión de la conciencia del mundo perecedero, en el que la ignorancia tiene al hombre oprimi– do. El iluminado aparece, más bien, como· médico del alma, presentan– do un nuevo camino de liberación y salvación personal. Evita toda es– peculación metafísica, limitándose a enseñar, de manera práctica, una terapéutica, un método concreto de salvación. . Su enseñanza esencial se contiene en las llamadas cuatro nobles ver– dades, por las que se hace frente a las fuerzas del mal que provoca la existencia dolorosa del hombre: 137
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