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mos que esto se hace de todo punto imprescindible en el presente argumento. De tal forma penetra en su espíritu el profundo sentido de Dios, que aflora en los mínimos detalles, dejando magníficos retazos del mismo en sus escritos más insignificantes. En este contexto, todas y cada una de sus obras adquieren una importancia incalculable a fa hora de analizar su pensamiento sobre la trascendencia e in– manencia divinas. Se impone, por tanto, un estudio detenido de to– dos los textos, como tarea prevía y como única garantía de éxito, que peligraría con la exclusión preconcebida de algunos de sus es– critos. Se exige, además, un esfuerzo interpretativo particular de su lenguaje. Si esto es condición indispensable de todo auténtico análisis de contenido, resulta más obligado en nuestro caso. S. Buenaventura no ha escrito libro alguno estrictamente filo– sófico. Sus obras, de carácter primordialmente teológico, presupo– nen nociones, demostraciones, principios, intuiciones, contextos, etc., filosóficos, recibidos en su mayor parte de la tradición -pre– ferentemente platónico - agustiniana-, que es preciso detectar y tratar de situar e interpretar en su verdadero contexto presupositi– vo, inquiriendo sobre el sentido oculto y profundamente último de los mismos. En esta perspectiva se impone una particular atención a cual– quiera de sus afirmaciones, sugerencias, indicaciones interpretati– vas de sus personajes biografiados, etc., en las que el Doctor Será– fico puede estar proyectando su concepción sobre la trascendencia e inmanencia de Dios. Somos conscientes de la dificultad de su interpretación. Al mis– mo tiempo, reconocemos el riesgo que existe de crear problemá• tica artificial de una forma ingenua y anacrónica, como se hace con frecuencia en estudios de autores medievales, en los que se preten– de encontrar respuestas que han surgido en épocas posteriores. Creemos que el análisis de los textos bonaventurianos en su verdadero contexto -literario e histórico- se nos ofrece como la única garantía de la fidelidad al pensamiento del Doctor Seráfico y a nuestro intento fundamental: hacer aflorar su concepción sobre la trascendencia e inmanencia de Dios. * * * -29-