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Por lo que respecta al problema sobre la concepción de la filo– sofía en S. Buenaventura (su naturaleza, relación con la fe, etc.), remitimos a los estudios últimamente realizados en torno al mismo, y adoptamos, en principio, la denominación de sabiduría cristiana con la que el mismo Doctor la califica, y desde la cual autores bo– naventu rianos reconocidos interpretan su pensamiento filosófico•. Desde esta perspectiva y significado precisos consideramos el tema de nuestro estudio, dejando los aspectos particulares estricta– mente teológicos del mismo. Por otra parte, procurando limitar el tema (dejamos otros de sus aspectos para posibles estudios bonaventurianos ulteriores), dirigimos nuestro análisis directa y exclusivamente a dos puntos fundamentales, correspondientes a las dos partes de nuestro tra– bajo: 1. Significación de la trascendencia divina en el pensamien– to bonaventuriano. 2. Inmanencia de Dios en las creaturas y su re– lación con la trascendencia. Con ello habremos logrado superar también, en cuanto es po– sible, la primera de las dificultades anteriormente anotadas. S. Buenaventura no ha pretendido dejar un sistema de pensa– miento, más o menos organizado, en torno al significado que la tras– cendencia e inmanencia divinas adquieren en su concepción últi– ma de la realidad desde la sabiduría cristiana. Su pensamiento se encuentra diseminado a través de todos sus escritos y de la forma más diversa. Este hecho impone, en consecuencia, unas tareas me– todológicas bien precisas en el desarrollo del tema. Si, para penetrar en el pensamiento del Seo. Doctor en gene– ral, es muy conveniente tener en cuenta todas y cada una de sus obras, en las que su alma, a veces improvisamente, se revela, cree- 4. Sobre la controversia en torno a la naturaleza de la filosofía en el Seo. Doctor puede consultarse una amplia bibliografía en el estudio de A. FOREST-F. Van STEENBERGHEN-M. de GANDILLAC, s. Bonaventura, en S.toria della Chiesa daHe origini fino ai nostri giorni, XIII: IZ movimen– to dottrinale nei secOli IX-XIV, ed. ital. a cura di S. GIEBEN e c. da ALA– TRI, Torino 1965, en un parágrafo añadido por los traductores, pp. 323- 325, * 233 (Echi d'una controversia) y su nota adicional 36a. Recomenda– mos como exposición profunda y clara de dicha temática: P. ROBERT, Le probléme de la IJhilOsophie bOnaventu.rienne, en Lav. Théol. Phil. 6 (1950) 145-163; 7 (1951) 9-58; B.A. GENDREAU, The Quest for Certainty in Bonaventure, en Franc. Stud. 21 (1961) 104-227; L. VEUTHEY, La filoso– tia cristiana di S. Bonaventura, Roma 1971, pp. 1-20. -28-