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firmaba prácticamente esta justa apreciación 2 • El tema de la trascen– dencia divina seguía preocupando profundamente, aun en medio de un mundo secularizado. Afectaba a esferas concretas verdadera– mente comprometidas de la vida humana, si bien reivindicaba una interpretación más a tono con la nueva sensibilidad del hombre con– temporáneo. La animada discusión que provocó en torno al tema de la tras– cendencia de Dios y sus relaciones con la inmanencia es bien co– nocida: periódicos, revistas de divulgación, artículos y libros espe– cializados de filosofía y teología se ocuparon del problema desde lo más diversos aspectos. Como única forma de ser hoy honrado con Dios, Robinson pi– de al cristiano que supere la imagen que sobre la trascendencia divina ha veniao ofreciéndole el teísmo tradicional y de la que ha estado alimentando su vida. La afirmación es grave. Se ventila en ella nuestra concepción y vivencia fundamentales sobre Dios. Por lo que merece ser so– pesada y contrastada con la historia de la tradición cristiana. En esta línea creemos interesante examinar dicha problemática en S. Buenaventura, uno de los autores más representativos del pensamiento cristiano tradicional, centrando el argumento en el si– guiente título: Trascendencia e inmanencia de Dios en S. Buena– ventura. A la luz de los resultados de nuestro estudio podrá enjui– ciarse mejor la afirmación de Robinson sobre la necesidad de una revolución corpenicana en la tradición cristiana. Hoy, en vísperas de la celebración del VII Centenario de la muerte del Doctor Seráfico, el tema cobra mayor actualidad. No du– damos de que, al esclarecer un punto tan especial dentro de su teocentrismo, contribuiremos a un mejor conocimiento del pensa– miento bonaventuriano y, además, descubriremos el mensaje que puede ofrecer al pensador cristiano de nuestros días en orden a concebir, formular y vivir más rectamente la realidad de Dios en un aspecto tan significativo. cristiana (pp. 29-44). La única vía de acceso del hombre secUlar a la idea de Dios es en dirección de la profundHlad de las relaciones 1nter– humanas (pp. 45-63). Posteriormeqte estudia algunos problemas concre– tos en intima relación con esta nueva forma de concebir a Dios: santi– dad secular y nueva moral. -26-

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