BCCCAP00000000000000000001097
78 MANUEL GONZALEZ GARCIA De este carácter único, se seguiría que es también positivo y fenoménico, que está en las existencias reales y, por ello, «el Ser no es principio. Atri– buirle este carácter implica considerarlo aparte de lo principiado o fundado por él, bien sea genéticamente, o teoréticamente. El Ser está en lo relativo, y sólo ahí» 199. Es real y concreto. No existe el margen o independientemente de ningún ente reaL El Ser está ahí, en el fenómeno, en una composición concreta que no puede ocultar la presencia del Ser. En cuanto que todos los entes crecen juntos, son complementarios. El Ser es una comunidad, una plenitud actual, que «no implica la homoge– neidad, como en Parménides. De suerte que la comunidad del ser concreto resuelve incidentalmente el problema que la filosofía trató de resolver con el concepto de analogía. Que el ser es igual, no significa que sea igual todo lo que existe. Significa tan sólo que los atributos del ser se presentan todos en todo lo que existe» 200. Consiguientemente -y en oposición manifiesta con el planteamiento de la metafísica tradicional-, E. Nícol no sitúa el Ser fuera del espacio y del tiempo, lejano, en una región aislada de los entes contingentes. El Ser está en el ente, sin que existan órdenes ontológicos privilegiados, distintos, entre el Ser y los entes: estos revelan, por un lado, su entidad particular, finita y contingente. Y, por el otro, que son, integrados en una realidad diversa y cambiante. Esta realidad nos muestra, pues, dos cosas: que todo ente es y, al mismo tiempo, es algo concreto. No es dialéctico. Porque, de otro modo, se convertiría en relativo. «Lo dialéctico es la forma de las existencias. El Ser no tiene un "otro" con el cual pueda entrar en relación, dialéctica o no. Todo lo que existe es, en efecto, relativo; pero el hecho de que hay Ser no es relativo a nada: es condición de posibilidad de toda relación. Por esto, la contradicción no nece– sita fundamento: es un dato que se presenta en el Ser, o sea en las formas de ser de lo existente» 201. Es total. El Ser se halla en el ente, tanto en lo constitutivo formal de su entidad como en el accidente. Es también omnipresente, abarcando todos los ahí y todos los ahora, no como suma cuantitativa o integración de exis- 199 Ibid. Pero la presencia del Ser en el ente, no convierte a éste en necesario. Explica el cambio que necesariamente se da en el ente, porque lo absoluto es el Ser no las formas o modos de ser. Paradójicamente, por su presencia en el ente el Ser s~ convierte también en temporal: «Hablar del Ser es hablar del tiempo. El Ser' es eterno· pero como sólo se halla en el ente, su presencia es a la vez temporal y absoluta. EÍ ente cambia; el Ser es permanente. Cambio es relatividad; Ser es necesidad absoluta porque es la única posibilidad. Fuera del Ser no hay nada. Por esto el Ser no se rela'. dona con nada; sólo es posible que haya Ser, es imposible que haya nada fuera de él. El Ser no tiene alternativas. El contrario del Ser, o sea el absoluto negativo, es el absurdo absoluto. El Ser es lo único intrínsecamente necesario» (ih 73). Cf. también ih 70; PC 361, 363. 200 'Fenomenología y dialéctica', en Diánoia (1973) 55-56. Cf. ih 72-73· CRS 163-64, 173-74. ' 201 PC 366.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz