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EL HOMBRE Y LA HISTORIA EN EDUARDO NICOL 71 llegar a ser. En cuanto potencia y posibilidad está integrado y fundamentado en la realidad, de donde sólo puede surgir toda realidad. Esta es Ser, concre– tizado en los modos relativos de ser. Pero estos no se hallan en estado de identidad abstracta sino en la contradicción de ser y de no ser de los entes, en su ser actual y en el posible futuro. Se trata, pues, de una limitación temporal. 2) «El no ser es el ser (o sea el ente) que ya no es: el que fue y dejó de ser» 164 . En este caso se trataría de la «destrucción» del ser. Como en el caso anterior, estamos ante una limitación temporal, pero de distinto signo. Ya que ahora el no ser goza de unas determinaciones que existieron efectiva– mente y que actualmente ya no son. Es un modo de ser «pasado», «in– actual». Estos dos primeros modos de no ser manifiestan la temporalidad del ser, de la realidad y, por tanto, también del Ser. Sólo la presencia del no ser, como modo de ser (en potencia o en pasado), demuestra la continuidad, la unidad y la permanencia del Ser. La razón dialéctica de la temporalidad se halla propiamente en el ser tal como recogen estos dos modos de contingencia. 3) «El no ser de un ente es el ser de cualquier otro ente» 165 . Nos ,encontraríamos aquí con la «alteridad», modo de no ser que de– muestra !cómo el ente no puede definirse por sí mismo, aisladamente. No sólo en lógica la definición implica una relación de alteridad, sino que sucede lo mismo en el mundo de la realidad: «Todo ente es determinado. Toda determinación es una limitación. Toda limitación es a la vez una afirmación y una negación de ser. En la definición de un ente, la cual consiste en decir "lo que es", está presente, por lo menos de manera implícita, la indicación de todo "lo que no es"» 166. En esta modalidad de no ser, se conjuga la afirmación del ente en cuanto «esto» -lo mismo, lo que es-, con otros entes, en cuanto los «otros» -todo lo que no es esto-. De donde, la relación dialéctica de ser y no ser en una comunidad de ser, una y diversa, porque todos son modos de Ser. 4) «El no ser lo produce la mutación del ser (del ente)» 1 67 • Se establecería en este modo de no ser la «alteración». Y se trataría, si es que puede hablarse así, del no ser más íntimo al ser del ente. Ya que el mismo ente, siendo, pierde unas determinaciones para adquirir otras. No se tiene en cuenta la inexistencia, «lo que ya no es», sino la variación en las 164 Ibid. 165 Ibid. 166 Ibid. 167 PC 349.

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