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52 MANUEL GONZALEZ GARCIA el devenir. Estos filósofos son los innovadores del momento. En el camino filosófico recorrido hasta el momento, se había partido de la experiencia y se había llegado a la univocidad de la categoría del Ser. Ahora se busca conciliar dos evidencias: la visión del Ser en Parménides con la experiencia del cam– bio y la pluralidad; las apariencias con la identidad del Ser 102. - Los sofistas Los sofistas llegan, en última instancia, a la misma afirmación de Par– ménides sobre la irracionalidad del devenir y, por lo tanto, de que no es. No hay en el devenir ni unidad ni ser. Los sofistas (y todos los momentos que E. Nícol califica como «sofísticos»), creen que no hay criterios objetivos para resolver las divergencias y recurren a la irracionalidad. La contradic– ción ya no es sólo ausencia de la verdad, sino imposibilidad de llegar a alcan– zarla. La filosofía, entonces, se vuelve pragmática. Prevalece la utilidad sobre 1a sabiduría, el criterio práctico y el éxito sobre la teoría y la verdad. Frente a un logos formalizado, buscan las cosas, la concreción, el cambio, la tem– poralidad. Pero el mundo queda reducido a puro fenómeno, en donde no tiene sentido usar la palabra «ser». La única fijeza que admiten los sofistas es la de la palabra que designa la realidad. Un nominalismo adecuado a un fenomenismo 103 • c) PLATON Y ARrSTOTELES Platón y Aristóteles representan para E. Nícol «una pos1c1on conci– liadora... entre dos posiciones extremas, contrarias, y que les parecen igual– mente inaceptables» 104. Tales posiciones inaceptables son, por un lado, la exigencia de la iden– tidad y de la no contradicción puestas en evidencia por Parménides. Y, por otro, la evidencia primaria de la realidad cambiante. Se puede decir, por tanto, que ni Platón ni Aristóteles partieron de un examen directo de la realidad, sino de unas determinadas verdades filosóficas dadas como eviden– tes. Su «posición teórica conciliadora» es evidente si cotejamos sus afirma– ciones capitales sobre los temas desarrollados hasta el momento. Así, Platón afirma: «Si todo es traslación y movimiento, ni siquiera la razón puede decirse que exista». Y Aristóteles: «Si todas las cosas cambian o están en movimiento, entonces nada será verdad y todo será error» 105 • 102 Para la relación de Empédocles con Parménides, cf. ME 168, 406-7; IH 261-67; PC 465 ss.; 'Los conceptos de espacio y tiempo en la filosofía griega', en Diánoia (1955) 153-60. Y para Anaxágoras, IH 267-72; PC 465 ss. 103 Para el tema de los sofistas puede verse IH 280-301; ih 363; VH 267-68; PTP 20; PF 231-36; RF 192-97; FH 251-53; PC 35; 'Verdad y Expresión', en Revue Internationale de Philosophie 16 (1962) 8-19; 'El régimen de la verdad y la razón prag– mática', en Diánoia (1970) 133; 'Diálogo de filosofía entre el autor y el crítico', en Filosofía y Letras 22 (1951) 172-75. 104 ME 145-46; cf. me 74-75. 105 ME 144; me 73-74.
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