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EL HOMBRE Y LA HISTORIA EN EDUARDO NICOL 49 Debido a este principio interno y dinámico, regulador del cambio, se integran en el orden del mundo los opuestos con su lucha. Todo cuanto ocurre es «de acuerdo con la. razón». El filósofo, que no el vulgo, descubre, tras la multiplicidad y el cambio, tras la oposición y la lucha, el orden pro– fundo 93, El orden aparece también en la sucesión temporal cíclica, que compensa el desequilibrio del cambio. Heráclito concibe el tiempo como un círculo, en el que el principio y el fin se confunden, teniendo cada punto del círculo, por necesidad, otro punto diametralmente opuesto. Por eso, los momentos contrapuestos encuentran siempre una resolución unitaria. Así, en Heráclito, se llega a la identidad del cambio, pues el círculo, al estar cerrado sobre sí mismo, provoca la determinación absoluta, la reiteración monótona y regular de un mismo movimiento. La dialéctica es polar. Y, estrictamente, la nega– ción no se supera nunca al tener que retornar a la afirmación originaria reite– rativamente 94, - Parménides Parménides es el primer filósofo que trata del ser prescindiendo de la «physis». Hasta ahora las soluciones filosóficas habían establecido o un prin– cipio elemental o una regularidad necesaria en el cambio mismo. Parménides impone la necesidad del ser. Su especulación no puede desglosarse, sin em– bargo, de los anteriores pensadores y será punto de referencia irrenunciable para los posteriores 95. Pero, aunque se pueda y deba hablar de continuidad, también ha de señalarse la tuptura que impone la figura de Parménides respecto del pensa– miento filosófico anterior al excluir el cambio 9 6. Parménides sólo reconoce dos caminos posibles para conocer el ser: el camino d.el error y el de la verdad. El camino del error niega el ser o afirma el no ser. Pero el error no consiste simplemente en negar el ser o afirmar el no ser, sino que, en este punto, Parménides sitúa su propio supuesto de que el error es afirmar lo que él cree y estima no ser: la pluralidad y el cambio. El camino de la verdad afirma que el ser es y el no ser no es. Este camino es racional y en él la razón 110 puede aceptar como posible que lo que es no sea y que lo que no es sea. La razón tiene en sí misma el principio que da razón de las cosas: «Cuando la razón procede con rigor, resulta que no puede pensar sino lo que es, lo cual excluye de su pensamiento, y por tanto de la realidad, 93 IH 235-36, 240-41; ME 156; me 84. 94 HE 120-22, 125; PC 216. 95 Cf. ME 155-57, 162-63, 166-68; HE 32-33, 122; IH 233, 253-54, 261-62; PC 321, 465 ss.; ih 303-4; me 83-85; 'Verdad y Ex;presión', en Revue Internationale de Philosophie 16 (1962) 17; 'Fenomenología y dialéctica', en Diánoia (1973) 47; 'El absoluto negativo', en Diálogos 5 (1968) 71; PTP 66-67. 96 Cf. HE 253-54.
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