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46 MANUEL GONZALEZ GARCIA mente, crítica de las doctrinas filosóficas. En ésta, cuenta la fidelidad a los sistemas, pero es más importante el valor generativo de nuevas ideas, en nuestro caso de la filosofía de E. Nícol. Su filosofía nace, de alguna manera, en permanente diálogo con el pasado. Refiriéndose a la integración del elemento histórico y el sistemático en la ciencia (con palabras perfectamente aplicables a la filosofía), escribía E. Nicol: «La historia de la ciencia es parte integrante del propio quehacer científico, y no pueden ya mantenerse separados el punto de vista histórico y el punto de vista sistemático. La fuerza de los hechos exige una «visión binocular», sin la cual se perdería la perspectiva y el enfoque ... No basta ya como antaño mirar las cosas; es necesario además, para ver mejor estas cosas, que la ciencia no se pierda de vista a sí misma. Y esta reversión hacia el interior ha de recaer, no sólo sobre su estructura formal, sino, especialmente, sobre la estructura de su propio desarrollo histórico» 83 . A la hora de comenzar esta revisión histórica queremos iniciarla con unas palabras de E. Nicol que iluminan adecuadamente sus análisis. Son éstas: «El problema central de la ontología es el divorcio tradicional del ser y el tiempo. Este divorcio parecía completo; sus dos términos parecían irreconciliables, y por esto la historia del pensamiento metafísico pre– senta a grandes rasgos más que el intento de resolver el problema, el secreto afán de eliminarlo, suprimiendo de su campo uno de los dos términos ... La ontología... se quedó con el ser, y proscribió el tiempo. El tiempo sólo aparecía en la filosofía cuando el ser no estaba en ella ... El tiempo no era el ser, y si acaso tenía que explicarse, se explicaba por el ser, por una subordinación al ser. Y esto ha ocurrido así porque, desde el principio, fue la razón misma la que se incapacitó para captar la temporalidad del ser, en vez de que el ser modulara la razón» 84 . ¿Cómo se llegó a este extrañamiento entre tiempo y ser? Esto es lo que vamos a explicar a continuación siguiendo a E. Nicol en unas cuantas líneas maestras cronológicas. Será preciso, para ello, retornar a los orígenes de la filosofía, a los griegos, y, dentro de ellos, a dos figuras singulares: Heráclito y Parménides. 83 PC 27. Y referidas directamente a la filosofía encontramos en VH 289: «Esto quiere decir que nuestra eventual visión sistemática de la realidad implicará una rev1sión histórica total de la filosofía, en la cual aquel sistema se habrá de manifestar ya clara– mente. Pero la gran tarea de la revisión histórica de la filosofía no es la única que ésta tiene encomendada desde ahora: porque ni siquiera la misma revisión puede ser adecuada y radical si no implica un nuevo esfuerzo de teoría. De dónde la necesidad de combinar estrechamente la tarea histórica... con la empresa teórica». Cf. también ME 18-19, 209; 'Los conceptos de espacio y tiempo en la filosofía griega', en Diánoia (1955) 138-41; 'Fenomenología y dialéctica', en Diánoia (1973) 40-41. 84 HE 30. La centralidad del tema del tiempo en la metafísica de E. Nicol es manifiesta en casi todos los escritos. Por ejemplo, puede consultarse: ME 161; 'Feno– menología y dialéctica', en Diánoia (1973) 40; 'Los conceptos de espacio y tiempo en la filosofía griega', en Diánoia (1955) 137; ih 257; etc.

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