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40 MANUEL GONZALEZ GARCIA y los modos de su existencia, determinarían las formas y los modos de su pensamiento, y con este determinismo fracasaría la antigua ambición de una verdad absoluta» 54, La crisis provocada por la historicidad ha tenido variadas manifestacio– nes en los distintos campos de las ciencias. E. Nícol no trata ex profeso tales consecuencias, pero podemos entresacar los motivos fundamentales que apa– recen en sus escritos. a) LA HISTORIA La historia sería la producción más genuina y propia del hombre, en donde encontraría la verdad de su ser y la norma de su comportamiento. Cuando el hombre quiere determinar el sentido de su vida recurre a la his– toria, no a la naturaleza. Las ciencias exactas (física, química, biología, etc.) tratarían de la naturaleza, que sería un objeto de conocimiento científico y de explotaci6n técnica. La historia, por su parte, manifestaría la situaci6n tem– poral concreta, las posibilidades que el hombre ha desarrollado en cada tiempo. El historicismo se gestó en el campo de la historia. Y desde el mismo emigró a la filosofía, dejando, de momento, indemne el valor de la verdad hist6rica. Pero, cuando el historicismo lleg6 a la filosofía se uni6 a una idea que ésta ya había descubierto: la temporalidad. Y, como consecuencia, surgió la doctrina de la historicidad del saber y de la verdad. Llegados a este punto, la filosofía hisnicista export6 a la historia la doctrina que de ella había recibido y empezó a hacer crisis la verdad histórica. Así, se niega la validez objetiva de todos los estudios históricos, ya que el hombre, por su misma condición histórica, no hace sino proyectar su presente sobre el pasado. El valor de tales estudios residiría en ser exponentes de una situaci6n vital concreta. Incluso los mismos hechos ma– teriales históricos -que podrían ser considerados la base objetiva de la his– toria-, habrían sido deformados por una deficiente transmisión, por un olvido voluntario o involuntario. Y, en última instancia, el criterio con el que se mira, juzga y selecciona el pasado, sería el de una persona concreta que llevaría a cabo una selección crítica subjetiva 55 • b) LA FILOSOFIA La filosofía presentaba tradicionalmente un carácter ahistórico muy mar– cado. Al margen de la verdad o falsedad de las afirmaciones de los sistemas filosóficos, su carácter especulativo parecía impedir el progresivo enriqueci– miento que supondría una corrección de errores, hecho patente en las ciencias 54 'Historicidad y trascendencia de la verdad filosófica', en Proceedíngs of the Seventh Inter-American Congress of Phylosophy (Québec 1967) 95. Cf. también 101, y el artículo 'Verdad y Expresión', en Revue Internationale de Philosophie 16 (1962) 3-39. 55 Cf. IH 27-28.
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