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EL HOMBRE Y LA HISTORIA EN EDUARDO NICOL 37 rico que va desde el cristianismo al marxismo, siendo de destacar la crítica que hace de esta última doctrina. El tema del conocimiento, además de estar relacionado con la doctrina sobre el hombre, ha sido profundamente afectado por las doctrinas histo– ricistas en la verdad y la objetividad. E. Nícol centra su análisis en la pre– sentación de cuatro relaciones: dos clásicas (la epistemológica y la lógica), y dos nuevas (la histórica y la dialógica), que son aquéllas en las que su pensamiento presenta un poco más de originalidad. En la relación histórica, establece la ley del conocimiento mediante la estructura vertical (situación histórica) y la estructura horizontal (proceso histórico). En la relación dialógica, la estructura tripolar del conocimiento (sujeto-objeto-sujeto) y la inteligibilidad común de los sujetos salvan la soledad noética, garantizan la objetividad y vencen el subjetivismo de la pura situación histórica. Doctrina propia de E. Nícol, en consonancia con las soluciones aportadas en la metafísica y la antropología, es que el conocimiento se mueve en una corriente ininterrumpida de verdad y de ser que va desde el conocimiento pre-científico al científico para ascender a la más alta teoría. Y, más allá de la metodología científica, el hombre puede alcanzar la verdad en un grado superior de compenetración mediante la «sapiencia». Para entender el sentido y orientación de nuestro trabajo no basta reco– ger de manera compendiada el contenido de cada parte. También es preciso indicar la metodología con la que hemos procedido. Estos han sido nuestros propósitos: 1) En ningún momento hemos querido hacer una exposición completa, exhaustiva, del pensamiento de E. Nícol. Nos hemos limitado a la presenta– ción de la condición histórica humana y sus consecuencias para la causalidad y el conocimiento. Las indicaciones metafísicas quieren ofrecer la última fun– damentación de la antropología historicista de E. Nícol. 2) En nuestra exposición hemos tratado de reflejar lo que es el pen– samiento de E. Nícol. No hemos buscado, de antemano, que sea sistemático u original. A lo largo del trabajo será la mano del propio filósofo la que nos con– duzca. Y, por eso, aparecerán frecuentemente sus propias palabras. Con todo, hemos querido ir más allá de la mera transcripción de sus textos. En ciertas cuestiones ha sido forzoso seguir las páginas de alguna obra (por ejemplo, La idea del hombre o Los principios de la ciencia), pero siempre hemos inten– tado abarcar toda la obra de E. Nícol, ofreciendo pasajes de otros escritos suyos. 3) Una de las características de los escritos de E. Nícol es entreverar los recorridos históricos con las explicaciones sistemáticas. Nos parece que mantener tal metodología es un modo de ser fiel a su pensamiento.

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