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230 MANUEL GONZALEZ GARCIA No se puede decir que E. Nicol pertenezca a una determinada escuela filosófica. Más bien, habría que considerarlo como un filósofo impregnado de un cierto eclecticismo, al mismo tiempo que de cierta originalidad. Asume, evidentemente, ideas, términos y, sobre todo, los problemas que plantean otros filósofos. Tal es el caso de Schelling, Hegel, Bergson, Dilthey, Kant, Cassirer, Max Scheler, Heidegger, los filósofos presocráticos y, más en particular, Heráclito. También encontramos afinidades entre sus ideas psicológicas y la filosofía de Jaspers, Marcel, la circunstancia de Ortega, las formas de vida de Spranger. Pero, más que copiar o repetir a estos autores, coincide con ellos en los hechos que han de ser explicados por la filosofía. Así lo indica él mismo: «Pienso que... las diversas posiciones personales de los pensadores no son nunca verdaderamente aisladas o inconex;as. Por singular que sea la individualidad del filósofo ... los problemas de que se ocupa lo vinculan también a los demás pensadores. Pues los problemas son los mismos para todos ... No hay problemas individuales en filosofía, sino maneras indivi– duales de sentirlos y pensarlos. Pensar por cuenta propia es aprender a vivir como propios y formular con claridad y distinción los problemas comunes, antes de que podamos elaborar doctrinas personales para solu– cionarlos» 752. La lectura de sus escritos demuestra la copiosa y directa información que tiene de la historia de la filosofía y de la ciencia, hasta el punto .de que son mucho más abundantes las referencias históricas que las exposi– ciones sistemáticas propias. En sus análisis históricos, conjuga la crítica con la independencia inte– lectual. Aciertos suyos, por ejemplo, son los juicios sobre el principio de no contradicción, el pseudo-concepto de la Nada y el principio de la cau– salidad determinista. E igualmente, la solución del problema de la inter– comunicación mediante el conoc1m1ento precientífico y la relación dialó– gica, junto con el intento de superar el relativismo epistemológico provo– cado por el historicismo. También es un acierto de su filosofía haberse querido acercar a la comprensión del hombre de un modo vivo y completo, intentando alcanzar un conocimiento del mismo que era ofrecido por la filosofía tradicional en la abstracción de unos conceptos filosóficos. Una mirada de conjunto a su obra manifiesta como una cierta falta de 752 VH 291. Ya hemos aludido en notas anteriores a esta cuesti6n. Otros pasajes concretos son, por ejemplo, PSV 29 (nota 2), 138 (nota 1). Refiriéndose a Heidegger, y los textos que según J. Gaos eran antecedentes de algunas ideas de E. Nícol, escribe éste: <{Pensamos de cara a las cosas, y no de cara a otras filosofías; y aunque éstas se hayan de tomar en· cuenta, las concordancias y discrepancias· surgen en el camino de la libre ideación, y no por una confrontación con el pensamiento ajeno que efectuemos antes de considerar los problemas mismos» (VH 307).

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