BCCCAP00000000000000000001097

EL HOMBRE Y LA HISTORIA EN EDUARDO NICOL 207 mente, pero en la cual está presente además el autor con todos sus condi– cionamientos existenciales e históricos» 710 • Las formas de relación dialógica y los sistemas simbólicos, al cabo, son obras de los hombres, son histó– rico~ como él mismo. Sólo la ley histórica (la estructura vertical y la horizontal) nos librará de la irracionalidad y la relatividad. En la «función derivada», se encuentran incluidas todas las ciencias, hasta la filosofía, que estructuralmente tienen el mismo modo de proceder en su conocimiento. Debido al normal dinamismo de nuestro conocimiento, no .nos limitamos a la simple reproducciqn de la realidad, a reflejarla. Hay preguntas, que E. Nícol califica de «vitales», que nos mueven a dirigirnos hacia un conocimiento más alto que el precientífico. Aunque E.. Nícol emplea partículas interrogativas para designar tales preguntas vitales, en el fondo, no hace otra cosa que proponer las conocidas y clásicas causas que siempre estudió la filosofía: la causa material, la formal, la eficient~ y la final. E. Nícol lo dice de la siguiente manera: «El conocimiento primario ya es una acción. Pero este conocimiento invita a remontarse hacia una fase secundaria, más elevada, en la que puedan responderse ciertas preguntas que son vitales, y que la mera presencia de las cosas no resuelve. El qué, el cómo, el por qué y el para qué son materia de opinión. Las cosas ahí están; su presencia real está comprobada. Pero esto no es más que el inicio del conoci– miento, la materia prima de que se nutre la ingénita vocación humaná de sabet» 711 . La respuesta a tales cuestiones va a dar origen a la ciencia (la epis– teme) y la opinión (la doxa). La distinción entre episteme y doxa se remónta a Grecia y ha reper– cutido profundamente en el acceso al Ser. Por la línea de Parménides, Platón y Aristóteles, se establece un doble camino para tal acceso: 1) El de la experiencia primaria y común, la doxa, que no ofrece garantía y seguridad de acercamiento al Ser. ·· 2) El del conocimiento conducido metódicamente, la episteme, que descubre el Ser más allá de la realidad inmediata. Con ello, se establece un doble mundo, ontológico (ser en sí-apariencia) y epistemológico (razón-sentidos). La filosofía griega llegó a esta distinción por un doble camino~ a) Dos evidencias: que lo inmediatamente patente era el devenir; - que el cambio era contradictorio. 710 'Historicidad y trascendencia de la verdad filosófica', en Proceedings of the Seventh Inter-American Congress of Philosophy (Québec 1967) 102. 711 PC 82.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz