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206 MANUEL GONZALEZ GARCIA 2.-Función derivada. 2ª fase: reaparecer. En esta fase, encontramos una verdad superior, la científica, expresada «mediante un símbolo conceptual, sustantivamente significativo» 7 oa. Todas las operaciones que tienen lugar en esta fase se fundamentan en la función básica. Estamos ahora en un momento que E. Nícol califica de «segunda vista», es decir, «un mirar más despierto, detenido y metódico. Responde a la pregunta «cómo es» 707, A esta fase corresponde propiamente lo ·que hemos explicado sobre la diánoia o diálogo interior, la comunicación y la doble dimensión del lagos como razón y como palabra. Si en la primera fase del conocimiento, en el aparecer, era máxima la dimensión apofántica y mínima la póiesis, aquí se invierte la proporción y, a medida que aumenta el conocimiento científico, igualmente crece la acción creadora o poética del hombre. Es cierto que siempre se mantiene algo de apófansis (y, por tanto, algo de apodicticidad) y, consecuentemente, ni siquiera en la ciencia puede darse el error total, que equivaldría a la negación total del Ser 7 08. Por llevar dentro de sí el conocimiento científico, en un grado mayor, el elemento subjetivo y creador, la ciencia se encuentra en un movimiento dialéctico que le hace alejarse de las cosas para conocerlas y, al mismo tiempo, hace que las vaya perdiendo en· la medida en que el conocimiento científico es más adecuado y completo. Conocemos las cosas porque creamos símbolos y sistemas simbólicos. Y esta construcción conceptual se interpone justamente entre nosotros y las cosas. La adecuación simbólica a la wsa resta apodicticidad, que se halla propia y literalmente en la mostración o presen– tación del Ser, acto propio de la primera fase del conocimiento 709 . Al mismo tiempo que nos vamos alejando de las cosas, del Ser, vamos ingresando con todo derecho en el mundo de la historicidad más plena– mente. E. Nicol delínea con unos rasgos esta situación: «Es como una pintura de la realidad, que re-presenta las cosas fiel- 706 PC 71. Como del concepto ya hemos hablado anteriormente, aquí sólo reco– gemos algunas ideas que complementan la exposición ya hecha. 707 ME 181. Cf. me 105; PC 85-86, 382-83; 'Fenomenología y dialéctica', en Diánoia (1973) 43-45. Al hablar de la «segunda vista», recuerda E. Nícol que en griego ,para significar tal momento se emplea la palabra 8e:wplix, que quiere decir visión y la verdad o d).:Í)8e:iix, significa «estado de alerta». Y así, «la teoría, que es una visión des– pierta, nos revelará lo que no alcanza a ver la mirada descuidada o inadvertida ().:Í)8T¡).> (.ME 181). . 708 A proposito de la apodicticidad de estas verdades, cf. 'Historia y trascendencia de la verdad filosófka\ en Proceedings of the Seventh Inter-American Congressóf Philo– sophy · (Québec 1967) 98-99. 709 .· ·. Esta dimensión ·dialéctica del símbolo es presentada .por .E.. Nícol como una dimensión de la «aventura Jáustica del hombre»: «El hombre está infinitamente interesado en la realidad, porque está interesado en sí mismo. La busca y la rebusca, porque se busca a sí mismo, y siempre se encuentra en esto que llamamos realidad. No puede des– prenderse de,.;ella, ni Je .importa.. Pero, para buscarla, no dispone sino de palabras, y lo que encuentra no son sino palabras» (VH 57). Cf. también VH 58-59.

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