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204 MANUEL GONZALEZ GARCIA la perfección formal del método. La «primera vista» manifiesta el Ser y es, por ello, esencialmente apofántica, mostrando la existencia de todos los seres bajo su condición de «Ser» 6 96. Parece que nuestra experienica cotidiana y común presenta la pluralidad de los entes como la captación más primitiva. E. Nícol, analizando la función básica, el «aparecer», afirma que hay tres percepciones en un mismo acto: 1) La presenci4 del Ser, que da unidad a todo lo real. 2) La pluralidad o co-existencia de los entes, en la que se da la com- patibilidad de lo diverso y hasta de lo opuesto. · 3) La cohesión de la realidad que no se escinde ni se disuelve. Pe estas tres perc~pciones, la presencia del Ser ostenta la primacía; es la m~s primitiva de todas 697. El «aparecer» del Ser es primario y común, es decir, que <iel ser como tal no es misterio para el hombre: es la más primitiva y segura de nuestras posesiones» 698, Este «aparecer» es apodíctico, indubitable, sin que pueda experimentar cambio alguno 69 9. El «aparecer» no se refiere a juicio alguno, sino a la captación del Ser mediante la intuición. Y, por ello, tampoco puede ser histórico el aparecer del Ser, porque ni se dan grados progresivos en su !!iparición rii hay propiamente una posición ante la realidad (lo que sí hacen la ciencia y la opinión), sino una simple presentación de la realidad 700 • También es una verdad simple, elemental, precaria, «modesta verdad de hecho», porque no es ciencia, sino el material que ésta emplea en sus construcciones. Por eso, junto a su apodicticidad, ha de afirmarse igual– mente que es «incompleta, inadecuada, inesencial» 101. Con todo, por ser apodíctica y primaria la evidencia del Ser, éste se convierte en fundamento de toda ciencia. Ciertamente, la evidencia del Ser es precientífica y preontológica, pero na,da impide que en la misma se funden las dencfas. Estas tratan de una realida,d intuida antes con absoluta garantía. Por eso, las cieQdas no se fundan a sí mismas, sino: a) En el Ser aprehendido, aunque no con perfección metodológic:a. 696 ME 181; me 105; PC 85. 697 ih 77. 698 ME 207. Cf. también 177, 181, 198, 206; 'Fenomenología y q,il\léctica', en Diánoia (1973) 41, 45, 59; 'Historicidad y trascendencia de la verdad filosófica', en P10CNdings of tbe Seve»th l~r-A.meric1111 C:<mgress of Pmtosophy (Québec 1967) 98, 103. 699 Y a. hemos aludi~ en otro lugar, a la distinta opinión que tiene E. Nícol sobre qué s~ «apodicticidad» respecto de Kant y H:u~:rl (cr. ME 178-79). 700 «!l\.cto de }mesentac~n del ser», tscribe en 'Histoda y trascendencia de la verdad filosófica', en Jhoceedings ef the Seventh Inter-Amer-ican Congress of Philosophy (Québec 1967) 102. Cf. también 98-99. 701 VH 334; :OC 87; 'ffistoricidad y trasc~ndencia de la verdad filosófica', en Proceedings of the Seventh Inter-American Congress of Philosophy (Québec 1967) 98-99.
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