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190 MANUEL GONZALEZ GARCIA «Todas las investigaciones posibles, sean de ontología o de ciencia segunda, se apoyan en la evidencia originaria y común del Ser, y versan sobre las formas de ser de los entes ... Para decir qué es el Ser tenemos que señalar el ente real. .Y como el hecho primario de que hay Ser ,es una evidencia universal que no requiere fundamentaciones, y sin la cual no es ,posible hacer ni decir nada, el ser tiene que 'darse por supuesto' cuando se inicia el camino de la ciencia. Pero el Ser mismo no es un supuesto: en sentido estricto, el Ser es un acto de presencia. No es algo de ilo cual deba dar cuenta la razón... Esta tiene que aceptar sin más el hecho de que hay Ser, y proceder a partir de ahí» 646• Esta evidencia del Ser es primaria po1'que no hay acto alguno anterior y, además, porque en ella se encuentra aquello que es lo primario: el Ser. Es también apodíctica, ya que goza de absoluta certidumbre el Ser p11esente en la evidencia. Pero 1-iay que tener en cuenta que «apodíctico», en el pensamiento de E. Nícol, se refiere a «mostración», a una «patente presencia» del .Ser. Esto no implica que, por ser apodíctico, haya de ser «adecuado» a la. cosa. La adecuación es un trabajo reservado a la ciencia, en la que no se muestra sino que se demuestra teóricamente la cosa 647 • Cuando E. Nícol habla de la «apodicticidad» con que se presenta el Ser, emplea los términos griegos ri.1t6cpaucrt~ y ri.1t66é:t;L~, los cuales tienen el mismo significado de mostración fehaciente 6 48. Esta apodicticidad .no puede ser restringida al campo de la lógica del juicio (como hizo Kant). Ha de ser situada en las intuiciones reales, como afirmó Husserl. Pero E. Nkol disiente de éste último en que lo eviden.te real no puede tornarse luego dudoso 649. 2. LA RELACION LOGICA Pero nuestro conocimiento no se limita a la mostración o mera repro– ducción sino que es discursivo, causal. La más elemental fenomenología del conocimiento sabe que el hombre ha querido dar respuestas al cómo y el porqué de la realidad con doctrinas que van desde la mitología al más depurado formalismo lógico. Este esfuerzo de conocimiento tiene su fun- 646 PC 302. Cf. igualmente ME 177; me 102; 'Historicidad y trascendencia de la verdad filosófica', en Proceedíngs o/ the Seventh Inter-american Congress, of Philosophy (Québec 1967) 98; 'El falso problema de la intercomunicación', en Giornale di metafísica 13 (1958) 180; 'Fenomenología y dialéctica', en Diánoia (1973) 4•5. Para la relación entre Ser y verdad, cf. RF 224 ss. 647 Cf. VH 334. 648 Así lo dice ex¡presamente en 'The return to Metaphysics', en Philosophy and Phenomenologícal Research 22 (1961) 35: «It must be remembered that a1t66E~Lc; and á.1t6cp11vo-Lc; have basically the same meaning. Mere presentation of a real thing is apodic– tical». Cf. además ME 117; me 101; 'Historia y trascendencia de la verdad', en Pro– ceedings of the Seventh Inter-American Congress of Philosophy (Québec 1967} 98-101. 649 Cf. ME 174-79; me 98-104; VH 333 ss.; PC 46.

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