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EL HOMBRE Y LA HISTORIA EN EDUARDO NICOL 185 que la ruindad tiene que definirse por unos caracteres independientes de la situación social; de hecho, la comprensión vulgar del acto ruin es inmediata, no implica siquiera esta definición formal. El sentido moral es transmisible, y se va formando de época en época, mediante la acumulación de juicios favorables y adversos que los hombres hacen de las acciones que son positivas y negativas» 6 2 9. Respecto de la ciencia, el problema se plantea en los mismos términos: saber si la base económica es el fundamento y la explicación de la ciencia que se halla en la super-estructura. Por descontado, que E. Nícol admite la base económica como compo– nente accidental de la ciencia, en cuanto ofrece facilidades o presenta difi– cultades para la misma. Pero ello no significa determinación económica de la ciencia. Para E. Nícol, la independencia última de la ciencia aparece en la existencia de una comunidad científica por encima de cualesquiera otras diferencias. Tal comunidad está determinada por: 1) La naturaleza del trabajo científico. 2) La situación histórica a que ha llegado la ciencia. 3) Los problemas planteados en la actualidad. 4) Las posibles vías de solución. A ello se une otro hecho fundamental: que la base de la ciencia es la realidad, de cuya uniformidad nace que la ciencia tenga métodos y resultados universales 630, Resumiendo las características propias de la ciencia, concluye así: «El conocimiento científico tiene su propia estructura vertical, que va desde los principios y los hechos hasta fas hipótesis generales de teoría. Además, como producto histórico, tiene su propia estructura horizontal... Empleando como una imagen los conceptos de vertica– lidad y horizontalidad, puede decirse que el científico mira siempre a la vez hacia abajo y hacia atrás: hacia los hechos patentes y hacia las ideas recibidas. La recepción de ideas es un componente esencial del trabajo científico, y es el nexo de continuidad en la evolución histó– rica de la ciencia» 631, 629 PC 263. En las pp. 281-82 habla, en este mismo sentido, del valor que pueden tener las Vidas Paralelas de Plutarco. En la p. 263 alude también al amor, al odio, la envidia personal, la generosidad, la amistad, etc., que se dan en todas las épocas y no serían suficientemente explicadas por razones económicas. Cf. también PC 256-66, para este tema de la moralidad. 630 Cf. PC 268. 631 PC 269. Puede verse la relación entre verdad de las ciencias e historicidad en 'Verdad y expresión', en Revue Internationale de Philosophie 16 (1962) 3-39.
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