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182 MANUEL GONZALEZ GARCIA 1) El hombre inmerso en la naturaleza, sin sustraerse a ella o in– fringir sus leyes. 2) El hombre sometido al princ1p10 de necesidad inherente a la co– nexión necesaria que rige sus actos productores respecto de sus efectos. 3) El carácter de «sobre-natural» que tiene la acción humana, en cuanto recae sobre la naturaleza produciendo efectos no atribuibles a la misma naturaleza. De aquí, la conclusión de que «la libertad es la forma específicamente humana del régimen causal universal» 619 . La libertad, por ser forma de ila causalidad histórica, viene a corregir el concepto marxista de «salto a la libertad». Marx usa este concepto teniendo presente los problemas sociológicos, económicos y políticos. Dicho «salto a la libertad» sería «una situación vital en que el hombre lograría desenvolver o actualizar su inherente capacidad de tomar en propias manos la iniciativa de sú existenica histórica» 6 2 0. ¿Cómo puede entonces conciliarse este «salto a la libertad» con el determinismo que inspira la obra de Marx? Porque, si en el «salto» hay corte de transmisión, ruptura, cancelación, no hay explicación ni raciona– lidad en el mismo y se trataría de un recurso arbitrario para dar razón de fenómenos no explicados por la teoría determinista 6 21 . De aquí que E. Nícol recuerde que el hombre, productor u obrero, posee constitucionalmente unas capacidades que le permiten actuar por ini– ciativa propia. Con lo cual llegamos al fundamento ontoMgico de la libertad. Casi con idénticas palabras escribe en dos pasajes diferentes: «El hombre 619 La libertad de que habla E. Nícol es una libertad «empírica», en cuanto que se encuentra en los actos mismos. Que el acto sea libre no significa que estén elimi– nados los factores de determinación. Factores de determinación o sumisión son .las causas naturales (factor constitutivo e ·inalterable), y para Marx la causalidad económica, que no es una estructura natural, sino histórica o situacional. Pero, tanto la causalidad natural como la causalidad econó– mica, en lugar de obrar de manera unívocamente determinante en la forma existencial de la vida humana y en el proceso histórico, son «limitaciones, orientaciones, condicio– námientos y oportunidades» (PC 245). De hecho, las causas naturales no pueden explicar la historia, porque no cambian, mientras sí lo hace la vida humana.. La economía es un sistema artificial (no naturál). Si el autor de tal sistema está necesariamente determinado., no se explica el origen de la economía, ya que «a ella no la causaría la naturáleza, ni la causaría el hombre: sería una realidad causante pero incausada; evolutiva, y deter– minante de la evolución histórica, pero sin nada que determine su propia evolución» (PC 244). 620 PC 240. 621 . El «salto de la libertad» es una herencia del racionalismo, que fue incapaz de articular dos elementos: el movimiento dialéctico de la historia con la conformación dialéctica de la existencia humana (cf. PC 243). Tampoco cuadra muy bien con la teoría de Marx: «Antes de la revolución, el hombre se encontraba sometido, no sólo a un régimen político, sino a un régimen causal (económico) que determinaba a su vez ese régimen- político. De suerte que el cambio revolucionario que trae la liberación política habría de implicar también una liberación respecto del determinismo de la causalidad económica, lo cual es contrario a la tesis fundamental de la doctrina» (PC 240).
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