BCCCAP00000000000000000001097
EL HOMBRE Y LA HISTORIA EN EDUARDO NICOL 163 riedad en la composición concreta de todos esos elementos .. Pero, para comprender la acción histórica, hay que determinar qué energía hay en el hombre «que le impide adoptar frente a esos términos un dispositivo invariable» 543, Para ello, 1) No es suficiente analizar la acción, como lo hace la psicología. La simple actualidad no es vida. Esta es. evolución, y la vida histórica, además, es acción creadora.' 2) Tampoco lo es estudiar lo producido. Pues en este caso nos man– tenemos en la exterioridad del proceso que, aunque explicado científica- mente, no da razón última de la acción humana. . . De aquí, .la necesidad de comprender la gestación «completa. y unitaria» del acto y del proceso, lo que lleva al abandono de las teorías deterministas en la acción humana para tener en cuenta. la presencia de la, causalidad natural, la del azar y, sobre todo, la de la libertad, que es, la causalidad renovadora. Debido a la integración de estos .diversos elementos, E. Nicol afirma que «la causalidad hist6rica es compleja» 544. . . . . Al tratar .de los factores de la acción, E.. Nicol se centra, principai– mente, en la libertad, an.alizando también su interferencia con la necesidad y el azar. · La necesidad sería el modelo físico vigente en las ciencias naturales. Su causalidad se .rige por el conocido principio de. que «las mismas causas producen los mismos efectos». Tanto por fa efectividad determinable: como por la regularidad de la causa, la . necesidad es considerada un atributo de dicha causa natural. Es cierto que en el mundo físico se da un proceso, pero siguiendo leyes fijas, inalterables, que no son sus~ndidas · en . su regularidad. La naturaleza no cambia sú marcha~ E:l régimen del cambio se lleva a cabo mediante una causalidad unívoca y con predeterminación. Por ·eso, es posible la previsión, Una causa de este tipo no puede explicar la historia 545. · Nuestra experiencia muestra el azar «como lo inesperado, lo .que sobre- viene bruscamente y sin anuncio previo» 546. · ' · Estrictamente, el azar no es causa, la cual (como ha quedac:lo indi– cado al hablar de la causalidad natural) debe proceder con efectividad determinable y con. regularidad. Y el azar ni es determinable ni regulat, aunque produzca efectos. · · Por el modo como se produce el azar, parece infringir el régimen causal, sin formar, con todo, un régimen especial, ya que «un regimen implica una regularidad, es decir, abarca una pluralidad de fenómenos y 543 ih 30. 544 ih 302. 545 Cf. ih 30, 32, 33, 45, ·48, 103. 546 ih 55.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz