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EL HOMBRE Y LA HISTORIA EN EDUARDO NICOL 149 2) La energía vital de los seres orgánicos en cuanto potencia o capa– cidad renovadora. Aquí tendríamos el ser vivo en cuanto ihtegrado en la temporalidad y, por tanto, en la evolución, en donde imperan las leyes del cambio (como las de Darwin, Mendel), las cuales, aun siendo causales, son leyes indeterminadas, pues «las causas de las mutaciones son conocidas; los efectos son siempre novedades» 492. La evolución propia de los seres orgánicos: a) No es ontogénesis. Es decir, los cambios que experimenta el ser vivo desde el primer momento de la fecundación hasta la muerte. b) Es filogénesis: el sujeto de la evolución es la especie, no el indi– viduo. Y esto sólo es posible en cuanto hay unidad, continuidad y comu– nidad de los entes que integran una misma especie. Es, pues, un dato importante la consolidación de la «·especie» como auténtica categoría ontológica frente a la especie como categoría lógica. Esta se caracterizaría por ser: -'- Instrumento de dasificación de los entes orgánicos. - Está sostenida por una esencia inalterable (como sustrato ontoló- gico de la categoría lógica) y manifestada en rasgos morfológicos o rasgos funcionales uniformes. - La especie por tanto, no tiene ser propio, ya \CJ.Ue se encuentra plenamente en cada ser. La especie como categoría ontológica aparece: - Como comunidad real (no conceptual o lógica) entre los individuos de la misma especie. - No tiene esencia, entendida esta como «inalterable». Tanto lo mor– fológico como lo funcional evolucionan según leyes específicas que establecen la marcha del proceso. · - Es real, con existencia propia, distinta de la suma de los entes aislados, con su propio principio vital, siendo sujeto de un proceso real evolutivo (no es el individuo el que evoluciona sino la es– pecie) 493. 4. LA CAUSALIDAD EN EL MUNDO HUMANO (HISTORIA) a) EL HOMBRE, SER HISTORICO Los hombres estarían, en principio, sometidos a las leyes de la evo– lución como especie natural que son. Se daría en ellos, por tanto, una filo– génesis semejante a la de los seres orgánicos. La determinación de la his- 492 PC 187. Cf. 189-91. 493 PC 191-92.

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