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EL HOMBRE Y LA HISTORIA EN EDUARDO NICOL 141 «En los mµndos ajenos, los del pasado y los contemporáneos, se penetra desde el mundo propio, sin abandonarlo. La apropiación tiene por base real y previa la comunidad de los mundos. Esta comunidad no se esta– blece con meras similitudes externas ni con pactos. Pactan los estados, no los mundos. Se forma dialécticamente: las diferencias, que causan la extrañeza de lo ajeno, invitan al 1;1cceso» 454, Finalmente, E. Nícol alude a la «composición» del mundo que abarcaría una doble vertiente: la de un mundo que ya encontramos compuesto, cons– titutido, al nacer y, a la vez, un mundo que mantiene tal composición, por– que el hombre es su compositor, es decir, «autor, ejecutor y director de la composición mundana» 455. El hombre cuenta con varios componentes esenciales de la mundani– dad a la hora de transformar o componer el mundo. Tales componentes, si bien se apoyan unos en otros, al mismo tiempo suponen un nivel superior. Son los siguientes: 1) Espacio, que es el ámbito de una comunidad, es decir, «el espacio vital que incluye la tierra, el mar y el aire en la unidad de una geogra– fía» 456 • «Geografía» se entiende aquí en cuanto ámbito vital humano cua– lificado. El .ámbito neutro, homogéneo, sería la naturaleza. Y clel mismo modo que «sin naturaleza no hay mundo», «sin comunidad no hay geo– grafía» 457 • 2) Physis «es nota esencial de la ·mundanidad sólo en tanto que el hombre actúa sobre ella, se la apropia, y con su trabajo vence la indiferen– cia» 4 58 • En este componente de mundanidad, se daría la composición de lo voluntario con lo físico, al· convertir la tierra en morada, en casa, por una decisión del hombre (asentamiento, ordenamiento) 459, 454 RF 132. En este punto, E. Nícol hace sagaces obseroaciones sobre nuestra situa– ci6n actual en el mundo en lo que se refiere a las comunicaciones, tan lejanas de lo que él denomina «comunicaci6n». Esta s6lo existe cuando se da la variedad «entre hombres que hablan con acento propio, desde sus puestos en sµs propios mundos» (RF 132-33). Las comunicaciones mundiales actuales más bien producen uniformidad. Esta uniformidad es un peligro, porq4e hace que se pierda la «propiedad» del ser del hombre y la del mundo. El peligro aflora en una doble perspectiva: a) Si el mundo ajeno pierde su propiedad, ya no hay unidad de lo diverso, sino unidad homogén~, al desaparecer la diferencia: «La praxis está en crisis cuando se uniforma... La unidad produce trastorno íntimo en cf!da cual, si todo el mundo hace lo mismo en .tocio el mundo» (RF 133). b) Se pierde la libertad al conseguirse la unidad amorfa. La forma de ser ya no es propia por gestaci6n .personal. Hay imposición de la forma y disminuye en el hombre su potencia de ser y de hacer. Cf. para estas cuestiones, 'La ag_onfa de Proteo', en El hom– bre y su conducta. Ensayos filosóficos en honor de Risieri Frondizi (Río Piedras 1980) 270-78. 455 RF 135. 456 RF H7. 457 !bid. 458 lbid. 459 Basándose en la palabra griega oikos (casa habitaci6n, morada), E. Nícol habla de «eco-logía», una dimensión estrictamente mundana y no de la naturaleza en sí, ya que «entraña la posibilidad de múltiples mo11adas, y diversas formas de mo¡:ar en una
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