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134 MANUEL GONZALEZ GARCIA La expresión entendida como principio metafísico, colocada más allá de estadísticas, análisis y ciencias que estudian la expresión desde un punto de vista físico 426 , nos ofrece tal comprensión del hombre. En ella encontrarían coherencia, sentido y origen todos los análisis de la existencia y los datos que aparecieran en la misma 427. 2.-La expresi6n como categoría ontol6gica fundamental. La exopresi6n nos identifica y diferencia ontológicamente. Es nuestro principio de individuación. E. Nícol analiza dicho principio en su «contexto real», es decir, en cuanto integra lo humano con la naturaleza, la alteridad del tú, la comuni– dad, etc. 428 • La pregunta a la que quiere responder es ésta: «¿Cuál es el principio que determina la singufaridad de cada ejemplar?», es decir, cuál es el fun– damento de la distinción entre dos ejemplares de la misma especie. Otra cosa sería averiguar la distinción entre dos especies ó determinar qué puesto ocupa un ente dentro de su especie 429. Como ejemplos concretos para su análisis, E. Nícol escoge: a) Dos p<"dazos de cuarzo (entes inorgánicos). b) Dos aves (entes animados). e) Dos seres humanos. En el primer caso -los dos pedazos de cuarzo-, la singularidad se revela 'a través de dos notas extrínsecas a la cosa misma: - Unidad numérica. - Posición espacial, junto con las diferencias cuantitativas de volumen y configuración. Una cuestión derivada (no inmediata o primaria) es la de su indivi– dualidad. En el caso del cuarzo se trata de una individualidad fáctica, real, pero no constitutiva de su entidad. La individualidad es impropia; nació 426 Cuando E. Nícol habla ele la «física» de la expresión, entiende, bajo ese nombre, el conjunto de ciencias equivalentes a lo que es la física en el orden de la naturaleza. Todas ellas estudiarlan sólo una ,parte de la expresión, remitiendo a una cuestión ulterior que sólo la metmfsica de la expresión puede resolver e iluminar. Esas ciencias, física de la expresión, son el psicoanálisis, la psicología, la historia, la lingüís– tica, la estética (d. ME 126-38). 427 Cf. MIE 224, 227-30. 428 'El principio de la individuación', en Diánoia (1969) 140. Lo que podemos denominar «integración» de los datos es algo siempre presente en las reflexiones de E. Nícol. N1Kla más lejos de sus planteamientos que un espíritu analitico, que aislase los datos de la experiencia, desintegrándolos de su composición real. En la página que hemos citado, E. Nícol recuerda que el hombre sólo puede ser comprendido en su «contexto real» y termina diciendo: «El problema de la individuación es un problema de relaciones e integraciones. Sin éstas no se entienden las "constituciones"». 429 Art. cit., 117.