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EL HOMBRE Y LA HISTORIA EN EDUARDO NICOL 133 ne, una afirmación categórica de Pilato ante el pueblo Judío, en el caso de E. Nícol revela la trascendenda que tiene su definición el hombre como «ser de la expresión»: Ecce homo. «El ser de la expresión: he aquí el hombre» 419 . Por eso, nada más lejos de su pensamiento que la trivialidad o el despre– cio a la hora de hablar de la expresión. No se trata de una simple capa– cidad del hombre, que adquiera modalidades distintas, transitorias, acciden– tales. La expresión es algo propio del hombre: a) «Con el carácter de un dato originario, primariamente cognoscible, de tal suerte que todos los demás derivan fenomenológicamente de éste». b) «Con carácter determinante y constitutivo de su ser, de modo que la expresión debe considerarse rigurosamente como categoría ontológica»; «con carácter exclusivo, es decir, ontológicamente diferencial» 420, 1.-La expresión como dato originario En este punto, y de acuerdo con todos sus planteamientos filosóficos, E. Nícol propugna un retorno a las evidencias primarias ya que hay conti– nuidad entre los diversos momentos del conocimiento. La razón ha de some– terse a los hechos y esto es lo que significa el calificativo de «fenomeno– lógico» aplicado a la antropología 421. La \identificación del hombre como ser que expresa se logra en una intuición, sin que sea necesario hacer abstracción alguna para descubrir o desvelar los datos esenciales 422. E. Nícol reconoce que es un mérito de la filosofía moderna haber reali– zado muchos y certeros análisis fenomenológicos de lo humano 423 • Encuentra que estos análisis son «fragmentarios y minuciosos», porque se han deten1do en un rasgo expresivo que ha tenido predominancia situacional en la estruc– tura o predominancia existencial en el individuo. Lo que hace falta es «una visión integral y fundamental que sea firme, clara y sosegadamente riguro– sa» 424 • La meta de una auténtica y verdadera comprensión del hombre «sólo se logra con la evidencia de unos principios a los cuales pueda referirse toda situación posible, todo posible detalle estructural, e incluso toda variante posible en la interpretación de estas situaciones y aspectos particulares» 425 . 419 ME 220; me 137. 420 ME 227. 421 Cf. ME 244. E. Nícol recuerda nuestra experiencia cotidiana, no siempre conscientemente expresada, según la cual identificamos y separamos al hombre de todo otro ser no humano inmediatamente (cf. i\1íE 214). 422 Escribe, .por ejemplo: «A diferencia de otros géneros ontológicos, aquí la diferencia está ya dada primariamente en la misma aprehensión directa, y a las explo– raciones subsiguientes no les corresponde sino revelar la trama estructural y el orden funcional implicados en el dato inmediato: la mera presencia del hombre, como ser y como expresivo» (ME 220). 423 Cf. ME 215-19 y me 134•35. 424 Me 218; cf. me 136. 425 ME 215.

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