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124 MANUEL GONZALEZ GARCIA C) LA COMUNIDAD Precisamente la estructura del ser del hombre, como ser histórico, plan– tea el problema de su relación con la «comunidad», pues «el cauce radical de la historia es la transformación de los vínculos entre el individuo y su comunidad» 385_ El hombre individual cambia su modo de ser. Pero este modo de ser no sólo es cambiante, es también relativo: relativo a sí mismo y relativo a todo. lo que no es él mismo. «Todo lo que no es el hombre individual» (E. Nícol habla de lo que no es su «ipseitas») 386 , podría ser la manera de definir objetivamente qué sea la comunidad. Es, por tanto, una definición muy amplia, al incluir muchas formas de comunión: ciencias, verdad, espa– cialidad, temporalidad, etc. En este sentido podrían interpretarse algunas expresiones de E. Nícol: «Un organismo que tiene vida propia» 387, «un cauce conjunto» 388. Posteriormente, esta explicación tan genérica se concretó en lo que E. Nícol denomina los «términos de la relación vital», que son lo divino, lo humano y la naturaleza 389 • Ellos constituyen el no-yo. Sort «unas cons- 385 VH 269. De manera parecida se expresa en VH 271, CRS 89; PF 58-61, 83-84. Para una posible crítica de los conceptos de historicidad, individualidad y comu– nidad, puede verse J. Gaos, 'De paso por el historicismo y el existencialismo. Parerga y paralipómena', ,en Filosofía y Letras (1951) 87-98. Y la res.puesta de E. Nícol en 'Diálogo de filosofía entre el autor y el crítico', en Filosofía y Let1'as (1951) 153 ss. E. Nícol no emplea la palabra «comunidad» de modo unívoco. Puede significar la forma de ser humana, la comunidad de verdad, la comunidad ,política, etc. En este momento nos estamos refiriendo a «los términos de la relación vital», que entran a formar parte de la estructura del hombre. 386 VH 271. 387 VH 270. 388 VH 271. En su diálogo con J. Gaos, E. Nícol concretó con toda exactitud su pensamiento sobre las relaciones entre individuo y comunidad de la .siguiente manera: «1°, que por comunidad no entiendo nada más la comunidad política; 2°, que el indi– viduo y la comunidad, sea ésta del tipo que sea, están en una conexión real indiso– luble; 3°, que la comunidad no es tan sólo el término objetivo de una relación, en cuyo extremo opuesto estuviera el ser humano, definido desde luego como individuo uniforme, de tal suerte que la evolución histórica de las formas de comunidad no afectase para nada a. la individualidad misma; 4", que son históricas las formas de conexión que el hombre mantiene con lo que no es él; 5°, que la evolución histórica de estas formas afecta a su ser mismo; 6°, que el grado, la forma, la cualidad de la individualidad hu– mana son función de la índole de vínculos que el hombre mantiene .con lo que no es él, formando por ellos comunidad; 7°, que, recfprocamente, las formas de comunidad dependen o resultan de la forma de individualidad predominante en sus componentes; 8°, que estas formas históricas de comunidad, y ,por ello de conexión real entre el sujeto humano y lo que no es él sólo, no han de ser objeto meramente de estudios psico– lógicos, sociológicos e históricos especializados, porque su ,principio determinante es onto– lógico, y reside en la estructura del ser del hombre mismo, como ser histórico; y 90, que, por lo mismo, la comunidad es ya como tal un constitutivo del ser del hombre, cuales– quiera que sean el grado, la forma o cualidad, la fuerza de sus vínculos y, por ello mismo, el tipo de su individualiqad fáctica: su ser es ser de comunidad» (VH 295-96). Si bien la cita es muy larga, aclara de un modo decisivo el pensamiento de E. Nícol sobre el individuo en cuanto «ser de la comunidad». 389 ih 24.
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