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INTRODUCCION l. PRESENTACION Han sido varias las razones que nos han movido a efectuar el presente estudio sobre Eduardo Nícol. La primera, la más externa, es que se trata de un pensador español que tiene un considerable número de escritos filosóficos, aparecidos a lo largo de los últimos cuarenta años, y que ha merecido ser tenido en cuenta, comentado y estudiado por quienes han dedicado su atenc.ión a la filosofía española 1. Aunque, por otro lado, la exposición de su pensamiento no haya sido reali– zada de un modo sistemático completo. La bibliografía que hemos podido consultar se limita, fuera de muy pocas excepciones,. a presentar resúmenes de algunas obras de E. Nícol, a recoger datos. biográficos, a confeccionar catá– logos de su producción filosófica, etc. Otra razón fue la modernid.ad de su pensamiento. Si un examen somero de sus obras puede producir la impresión de que sus investigaciones filosó– ficas se centra en la antigüedad griega, tal impresión es falsa. Todos sus estudios buscan la raíz de un hombre que ha sido profundamente afectado por las doctrinas historicistas. Su reflexión retorna continuamente a los pri– meros momentos de la filosofía occidental, porque E. Nícol tiene el conven~ 1 Para la noticia de los historiadores de la filosofía que se han interesado por E. Nícol remitimos a la bibliografía. Con todo, no está de más recoger aquí, ya en el comienzo, algunos juicios muy positivos que se han dado sobre la filosofía de E. Nícol Hablando de Psicología de las Situaciones Vitales, J. Gaos escribe estas palabras: «Si Nícol atina a continuar este su primer libro... no será desatinado pensar que muy bien pueda llegar un día en que se le llame justamente fundador de la psicología en lengua española. Tal es el interés y el valor incuestionables desde ahora de este libro innovador en Psicología» (Pensamiento de la lengua esp'añola, México 1945, 330s31). En relación con otra obra, Los principios de la ciencia, se ha escrito: «Este libro de Eduardo Nícol es uno de los verdaderamente relevantes de todos los publicados en América Hispana y en España en los últimos años» (J. Izquierdo, 'Los principios de la ciencia', en Indice, 1966, n. 206, 31); «Nos parece una obra capital que constituye -una de las grandes apor– taciones de nuestro tiempo -la mayor entre los filósofos de lengua española- a Ja "filo-. sofía de la ciencia", en la que Nícol ocupa un puesto destacadísimo» (J. L. Abellán, Filosofía española en América (1936J1966), Madrid 1967, 79). Y, refiriéndose a su filosofía eh general, ha dicho G. Fernández de la Mor-a: «Eduardo Nícol. .. es, aunque mal conocido entre nosotros, uno de los profesionales de la Filosofía más capaces e interesantes de habla castellana» (Pensamiento español 1936. De Azorín a Zubiri, Madrid 1964, 93). A su. vez, J. C. Torchia Estrada dice: «Eduardo Nícol se cuenta entre los .principales representantes de la filosofía española actual» ('Eduardo Nicol y la idea del hombre', en. Cursos y conferencias, .Buenos Aires 1953, 365).

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