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Aquellas noches, cuando el hombre aún no era. Aquella roca horadada de siglos. (Hoy negra sombra de sombras de una noche lejana). ¿Cómo fue el primer borbotón de la fuente? ¿Era muy densa la soledad? ¿Qué ángel fue señalando el camino? Culebra eterna, dulce y tremendo, misterioso y hermano enroscado a mi memoria, río. ¿Por qué ese eterno huir? ¿Hacia dónde? ¿ Como yo la muerte temes el mar? ¿O la anhelas? ¿Siempre han estado en noviembre enfermos los álamos? ¡Qué lejanías traes a mi corazón! En ti lo presente es lejano, lo lejano presente, río. El río tiene el misterio de la vida. El paisaje, los álamos se quedan. Todo corre. Se va el agua y nos vamos. El cuerpo es un cauce de tiempo. Pasa el río de las horas por mi alma. Y sé que un día se secarán las fuentes. Mi cuerpo, cauce seco, en el silencio se hará tierra. ¡Qué nostalgia sentimos cuando vuelven las velas! ¡El agua no vuelve! Es el río como nuestra vida: un eterno huir de sí mismo. 29

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